En estos días, en una entrevista que diera Rosalillo a un diario español que luce como de derecha (El País), diría, pero como a título de lastimero deslave de incoherencias, una ristra de cosas. Y pienso que el diario todo se lo creyó.
De resultar vencedor, dijo, (lo que se ve imposible, lo digo yo) garantizaría que Venezuela se desprenda del legado de Chávez, a quien refirió como un títere de Fidel…
Conceptualizó como el peor problema que Venezuela afronta hoy, tener a Chávez de presidente, por ser propiciador de la inseguridad, del narcotráfico, de la corrupción, y de la violación de los derechos humanos… Na pendejá, Rosalillo, y sobre todo diciéndolo tú, que al parecer de muchos tienes tu historia en todas esas grandes especializaciones.
Ya en lo ideológico, se definió como socialdemócrata de centro-izquierda y, a Teodoro y a Borges, como izquierdista y centro derechista, respectivamente, pero unidos de manera trascendente por la umbilicalidad de la más cristalina democracia, de la más absoluta libertad, y de la más elevada justicia social… Na pendejá, Rosalillo firmante…
Dijo también Rosalillo -el de los “pies ligeros”- que Chávez desarrolla programas sociales que son de mucha antigüedad, sin precisar cuánta. Es posible que pueda haber alguno exitoso que ejecutaran los sumerios, pensando sobre todo yo en la Misión Milagro… Y por seguro doy que él lo tiene ya averiguado todo. Pero lo peor no sería eso, sino que Chávez dizque usa dichos programas ancestrales para presionar, para jugar con el hambre de la gente, para discriminarla sin piedad… Aquí, sin dudas, definió Rosalillo lo que él mismo ha sido, y es, pero que por efecto como de un fenómeno de refracción de su escasa o mucha conciencia, se lo atribuye todo a Chávez. Na pendejá, Rosalillo, sufres de la gravísima enfermedad de la deshonestidad, y en grado terminal.
El asunto es que hoy las captahuellas le comienzan a parecer sospechosas a Rosalillo, cuando un tiempo atrás las había considerado como lo que en realidad son: inocuas y cabales. Y con esto, entonces, el sospechoso continúa siendo él y no las captahuellas. Súmate –como es bien sabido- siempre ha condenado, y aún condena, a las captahuellas, y sabemos muy bien quién gobierna a Súmate... Pero por fortuna para el mundo democrático de hoy, Rosalillo es inmanejable. A Rosalillo no lo maneja nadie. ¡Qué cojonuda toda esta suerte de rueda de la fortuna que tenemos hoy los venezolanos y las venezolanas! ¡A Rosalillo no lo maneja nadie!.. ¿Y quién se hubiera atrevido a pensarlo sin correr el riesgo de quedar estigmatizado o estigmatizada ante la Historia?
Pero es que el proyecto no llega hasta allí. Unido al sobrevenido y sospechoso recelo de Rosalillo hacia las captahuellas, se une ahora la iniciativa -no menos sospechosa- del secretario ejecutivo de su comando de campaña, un tal Enrique Ochoa Antich, “asegurando” que la oposición no generará desestabilización del país, pero que, como quiera que ellos tienen ya la absoluta seguridad de su triunfo -lo cual habrán de saber incluso muy temprano basado en sus “científicas encuestas personales”, y en sus patológicas visiones refractarias- saldrán entonces a “celebrar”, de forma prematura, su hipotético triunfo. (Prematura, en cuando a no esperar que sea el CNE el que lo anuncie conforme a las normas). Y toda esa elaboración -tan honesta y democrática, como siempre está en sus buenos hábitos políticos- sólo para generar la guarimba que muy bien prevista han tenido para “festinar” su inevitable derrota.
Rosalillo, pues, continúa dando bandazos… Pero continúa, aun cuando no tenga reciente reputación de continuador... Y no sé si el “reportero” de El País lo indagara, como para hacerlo saber así de la internacionalidad.
crigarti@cantv.net