¿Guaidó prófugo o en conductas nom sanctas?

¿Cómo es que le diputado don Juan Guaidó, presidente encargado de la Asamblea Nacional y que tiene prohibición de salida del país, cruza la frontera venezolana y aparece de sorpresa en Colombia, se reúne con el Grupo de Lima y participa de la concentración en la frontera? ¿Regresará a Venezuela como cualquier cristiano por el Puente Simón Bolívar o tiene un pasadizo secreto o el don de la ubicuidad como es fama de ciertos santos medievales, dado que la iglesia católica está rendida a sus pies como a Cristo Redentor? ¿Será parte de los acuerdos a que llegó con Diosdado Cabello? ¿O sea, andar muy orondo como río por conuco? ¿Será también porque algunos guardias nacionales se han volteado y facilitaron la salida de quien anda proponiendo una salida porque son de ellos y capillas de la iglesia católica de por esos lares hizo sonar las campañas?

Por cierto, grupos afectos de la oposición venezolana andan por esas fronteras colombo-venezolanas con sus desmanes típicos. Ya la violencia ha hecho presencia, quemaron una de "sus" benditas gandolas o camiones con la supuesta ayuda humanitaria y cuya cobertura de beneficiarios dizque sería mínima; también un autobús en Ureña fue destruido, por no hablar de la violencia que se ha producido en la frontera con Brasil; era la conmoción que el joven Guaidó quería, pues, había señalado que el 23 el territorio nacional se conmovería en un centro mundial de la caridad asistencialista por tan noble ayuda humanitaria traducida en alimentos y medicinas para niños, ancianos o la población en general, de tan buena gente que es Trump, Marcos Rubio y demás miembros de la resistencia.

Una acción maravillosa "bendecida" por la iglesia, especialmente el obispo de Táchira, don Mario Moronta, antes un cura tan progre y el cura párroco de la céntrica iglesia San José de Barquisimeto, Yorman Carrillo, quien hace de cada misa un mitin vulgar; un gocho de ascendencia colombiana con problemas de personalidad, pues constantemente se vanagloria en sus homilías torcidas de la superioridad moral de su familia particular y del desastre que Venezuela vive hoy, sobre todo porque dice él que vivimos en una horrenda dictadura; por eso cual Torquemada condena moralmente a Maduro y algunos aplauden sus gracias; el pobre cura este al parecer sufre de una egolatría enorme con su enfermiza actitud ramplona de gaurimbero de esquina; mucha espiritualidad le haría falta a este "pastor" para que sus misas sean dignas de ser oídas y vividas, aunque ya es inútil pedir que los superiores eclesiásticos hagan las correcciones respectivas porque los obispos y la CEV en su conjunto andan también en esas mismas "guaidonadas".

Así como obispos y curas párrocos piden un cambio de régimen político en Venezuela, los cristianos católicos de a pie también podemos pedir a Dios que, por caridad, cambie la actitud golpista de la jerarquía eclesiástica, que pueda volver a la inspiración inicial del Evangelio; pero eso es otra cosa paralela a lo que aquí se quería tratar. Lo principal en este texto es preguntar si el diputado Guaidó, el presidente encargado de la AN, regresará como cualquier hijo de vecino a ejercer sus funciones, funciones que sus seguidores ya no deben saber cuáles son. Si las de la AN o el Ejecutivo imaginario o virtual que él mismo, cual Pedro Carmona en 2002, se ha asignado ¿o pasará a ser de ahora en adelante un protegido del presidente Duque-Márquez?



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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