Manuelito y el flautista de Hamelin

Caminito a las elecciones del 03 de diciembre todo se ha ido poniendo al sol y a la luz de las ahora maduras y atentas miradas. Pretender insistir, a estas alturas de nuestras libertarias existencias, que los ESPEJITOS de “Mi Negra” nuevamente servirán para remontarnos a los tiempos ya perdidos de nuestra infame conquista y colonización, sería como psicotrópicamente bailar a la cordura de un afinado y romántico “cantos de ballena”.

Desde el principio se le supo que la cuesta le sería demasiado encumbrada para que fuera corriendo desesperadamente hacia abajo. Además, con demasiada antelación se le reconoció que como candidato se le notaba demasiado la PATA DE PALO a través de su pronunciado escote. Pero sin embargo, y pretendiendo el final de los cuentos de Hadas, supo montarse con el ATREVETE en el staff de los preferidos “dinosaurios” del Pentágono. Verlo es realmente no dar crédito cómo este señor se le puede ocurrir lo del “sí me matan y me muero”, es decir que su famélica existencia política pueda resultar electoralmente un peligro para Chávez.

Quiera o no aceptarlo el pentágono o la oposición, actualmente es Chávez quien, sin discusión, abarrota todos los espacios de opinión política en el país. Se ha convertido en la presencia obligada tanto para los que lo siguen como para quienes se enumeran como sus más aborrecidos descalificadores. Tanto será así esta realidad que cualquiera que pretenda algún centímetraje en los medios o, por lo menos quiera garantizarse un mínimo de atención del gran colectivo venezolano, forzosamente tiene que hablar bien o mal de Chávez, caso contrario corre el peligro de estar ausente de la actualidad política de la nación.

Los medios y Manuel lo han intentado todo, pero él en si mismo no ha logrado nada, todo el posible apoyo que ha logrado ha sido a razón de la no aceptación que le tienen ha Chávez o algún funcionario que le acompaña en su Gobierno. El carisma de este señor no le alcanza sino para buscar temerarias salidas, pero la falta de esféricas demostradas en su prontuario podría no ser suficiente como para que muchos disociados arriesguen las suyas. Lo único que podría salvar a este señor sería que ese, quien DICEN que una vez llegó a Hamelín le socorriese en el discurso, y que algunas de las “ratas” que aun nos acompañan, obedecieran el llamado de su naturaleza y se saltaran a su bando. Pero con todo y esto, seguro que igualmente pierden, pero, pensándolo bien, cómo nos beneficiaría deslastrarnos de tanto roedor camuflajeado.

waldo.munizaga@corpomaracaibo.net


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Waldo Munizaga


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