La respuesta es bien fácil si lo desnudamos tal como él lo hacía cuando, estaba dentro de una guarimba, en el comienzo de su carrera política de oposición en los primeros pasos de llegar a lo que es, que no viene del Norte y, que como varón que quiere gobernar a Venezuela desde, la AN a la que dirige como su presidente que es alabado por su santo y seña por, Ramos Allup, como un lechuguino simpático de tiernos e inconclusos pareceres políticos que odia a los maduristas-chavistas-maduristas que en AD sería un buen miliciano que, fue conquistado, amoldado y está protegido por las ideas reaccionarias del presidente Trump que, no ha sido posible democratizarlo y, que como el primate Homo sapiens que es, no actúa como él quiere, sino que recibe órdenes concisas y precisas que tiene a Maduro en apuros fuera del país buscando refuerzo de gobernabilidad y, que en nada se parecen, ni tienen los mismos reflejos, por lo que creemos que, el señor Rafael Ramírez, está pelado al satanizarlo como un invento, que lo deja meando fuera del perol.
Guaidó es un afortunado individuo venezolano que nació para gobernar con la orientación de otros que son menos inteligente que él mismo, y que, quieran o no los demás pues, lo hicieron importante después, que lo nombraron y le dieron todo el poder de controlar a una nación, en que, jamás se había visto algo semejante de -injerencia propia- con toda la cruda realidad que hemos vivido a lo Guaidó y, con él seguiremos adelante -pudiéramos decir: hasta que Dios quiera- sin que nadie lo toque: hace y deshace y, se entrevista con el que le dé la gana que nada tiene que ver con leyes, ni principios, ni razones, ni interéses, ni el mundo tampoco se preocupa por lo que hace y, como nuestro convoy americano o, quizás nuestro "Zorro" envalentonado sin vestirse de negro nos mantiene prisionero de su patrimonio de mandamás.
Tampoco es un resucitado que, alguien le haya dicho: Guaidó, levántate y camina y no voltees que te puede caer la maldición de Chávez y te conviertas en una estatua de sal que allí está el rompecabezas de todo el meollo que, el socialismo que otros practican a él lo intoxica de más capitalismo y si son dólares mejor aún, aunque se administren en el Norte que algo debe llegar a su debido tiempo que, haga posible algún día, la buena nueva, que deje de ser presidente encargado que ya le está pesando a Trump y su Grupo de Lima y, a los colombianos que lo tienen como su hijo predilecto que, los visita a cada momento.
Volvamos a la pregunta que anda todavía en el aire y, pudiéramos decir o, mejor preguntar: ¿Es Guaidó un invento? Por segunda vez, respondemos, sin temor a equivocarnos, decimos: no lo es. No puede serlo. No señor. Y no puede ser, porque su publicidad sería como un grito en cielo que estaría en todas partes y, hasta los momentos, Trump como el gran mentiroso que es, no ha inventado nada y, más bien Guaidó, nació de la nada, que aspira, que habla que es consentido de Trump -eso sí. Y, por más que lo estudiamos, es no. Sí lo fuera, ya los chinos se lo hubieran copiado. Por lo que con seriedad decimos que, el señor Ramírez, se equivocó y debe rectificar como estresado, antes que Guaidó, le pida el derecho a réplica y, lo más posible que sea en la ONU.
Así que durmamos tranquilos y dejemos que esos pensamientos acelerados no le den más fuerza de la que tiene, al presidente -encargado- Guaidó. Que todo lo que tiene adquirido últimamente: se lo debe a Trump que, además tiene un cociente intelectual bien bajo que, aunque no quiera, así es.