Es tanta la gente que estará con Guaidó que no tiene dónde meterlos, por lo que se hace necesario como clamor popular que, los afectos del gobierno que se cuentan con los dedos de las manos marchen otro día, que dos marchas como contraproducente afean el porvenir del país y le echa a perder sus planes que el mundo lo vea como el líder que es, sin tener calle donde poner a Venezuela a progresar de envidia y, jamás piensa ser una nulidad ni a Trump le va a gustar que este 16 de noviembre : Venezuela pase desapercibida a peor vida y, hasta fastidioso es ver tantas calles solitarias, en que él no pueda hacer uso de ellas por un gobierno que no se las pone fácil y, cuando él quiere marchar, viene Diosdado con una contramarcha y, como Jeanine Añez, lo inyectó de bríos políticos al saltar la constitución de Bolivia tan fácilmente, tiene y no encuentra qué hacer que sí en Bolivia se pudo, porqué acá no con la AN a su favor, y además, es más líder y con más veteranía en emplear la desestebilización como su arma favorita en contra del flojo gobierno de Maduro.
Guaidó está claro con una soberbia: nada imperial ni fascista que lo acompaña dentro de los motivos de su exposición de dar un buen espectáculo público, fresco, oíble, contundente, que entre y salga por los oídos de la comprensión, en que sus compañeros se abracen de contento con más fervor de causa que fortalezca su imagen que, recorre a Venezuela no como un corto ventarrón, sino como un terremoto político que tendrá a su persona en el epicento Norte-Sur, que no habrá escala que lo mida por su estatura moral que no deprime, sino consuela y, le da razón más que suficiente de encaramarse en cualquier tarima a vomitar un jolgorio de frases que refresquen la esperanza del país con una savia nueva como nutritiva de ánimos, que se va a manifestar como un río de popularidad que arrastrará con su corriente el poder, poder ambicionado que será de él, sino es este 16 de noviembre, no pasarán muchos días en que otro gallo cantará desde Miraflores y, no con un quiquiriquí de miedo que armas racionales es lo más que tienen para seguir siendo un gran presidente sustituto.
Y como muestra este botón de fortaleza que es la pragmática rentística de Guaidó que lo retrata en cualquier dimensión, por lo que soltaremos unos párrafos cargados de esa lucha que lo come por dentro y, que lo tiene en estado taquicárdico de emoción congénita y que agigantando de un frenesí soñador se fue a la UCV a apadrinar a los estudiantes con su sabiduría de profesor exquisito que cobra sin dar clases, porque las da gratis con una entrega que lo encierra en el manicomio de sus ideales efervescentes que quiere poner a temblar a Venezuela con la fuerza de sus malintención, por lo que, dijo:
"El 16 de noviembre y los días que sean necesarios estaremos en protesta sostenida en el país. Eso lo que significa la calle sin retorno". Y yo que lo creía más práctco más reaccionario, pero no, es más bien, un diluyente de emociones que no se las guarda y, siguió: "La protesta sostenida no es un eslogan, ni una varita mágica. A los venezolanos nos sobran razones para protestar el 16 y los días que sean necesarios hasta lograr el cambio que urge en el país". Aquí fue más enfático, aunque se privó como se esperaba que dijera que, tienen más cojones, pero no, se fue por la tangente y, eso tampoco le iba a gustar a la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha, como el machismo de su liderazgo, y ni eslogan ni barita mágica es su propuesta sostenida de tumbar el gobierno, y disfruta de ser reconocido por EEUU y otros 50 países como el interino que es, que Rusia en cualquier momento lo reconocerá, pero con todo y eso, cada día está más solo, ¿por qué será?
Guaidó algo más rabioso para ser mejor comprendido y acentuar sus palabras al ámbito universitario delante de tantos estudiantes inteligentes, en plena formación para que después de graduados se venden a otra país, posiblemente a hablar mal de Venezuela que Guaidó no captó ni lo dijo, expresó: "El elemento central es la unión y la movilización. Los objetivos del 16 de noviembre fueron cumplidos con anterioridad. Hay que romper una falsa modalidad (...) . Salgamos a la calle, porque reconozco que no puedo solo, pero todos juntos somos imbatibles" y, además dijo que, la protesta sigue siendo: "una herramienta de lucha". Con que facilidad Guaidó descubrió en la UCV el agua tibia y se lavo las manos con una sorpresiva frase positiva que él no da para todo solo, pero se afincó con sabiduría de primeros auxilios cuando, afirmó que la protesta sigue siendo una herramienta de lucha y la más barata hasta el presente y, tampoco quiso afirmar que en la unión está la fuerza, porque el pueblo no lo ha demostrado por él, pero lo de imbatible le quedó mejor que hasta Trump celebró en la Casa Blanca y dijo, ése es mi pollo contra la dictadura.
Finalizado su intervención, los estudiantes se le acercaron y le dijeron: ¡Coño Guaidó: acuérdate de nosotrsos, que no todos los dólares sean para ustedes solamente! y Cecila Arocha suspiró y, la UCV volvió a quedar en tinieblas.