Henri Falcón como un mismísimo ruso desde Rusia, bien abrigadito, lo que no hace en Barquisimeto, porque no soplan brisas contagiadas de frío y como todo un zar del recuerdo de esos tiempos que no volverán que, fue gobernador del estado Lara en razón de pupilo de Chávez, a quien después desconoció como también lo hizo como candidato cuando Maduro lo barrió en la última elección de presidente que, antes que el CNE cantara el ganador, sacó su tarjeta roja y lo mandó al mundo de los desconocidos que, dejaba atrás al demócrata que buscó los votos que no alcanzó y, que bien lejos llegó cuando entrampado se declaró por fraude que hasta el presente no ha demostrado y, que Trump se basó para no reconocer a Maduro, por lo que sea, que ya eso ni importa, desconocido a todo vapor como quedó su actual gobierno que, lo tienen a monte y no han dejado de entorpecer las relaciones bilaterales entre los dos países, reconociendo como presidente interino a Guaidó que nadie lo nombró, ni lo votó, pero que es el actual presidente, sustentado y apoyado por los Estados Unidos y cincuenta países más del mundo por ser presidente de la AN con una floja voluntad popular que, como democracias sin sospecha de fraude y, con elecciones libres, tan libres como son en ese país del Norte que todavía se sospecha que los rusos intervinieron en parte a través de las redes, por lo que Trump está en veremos ...
Maduro está ejerciendo su poder que ganó en lo que se supone que fueron elecciones limpias, pero que no sabemos: ¿qué hace, Henri Falcón, en Rusia, qué se le perdió allá, ni que posición juega, ni quién corre con sus gastos y, en qué idioma se está defendiendo?, ¿hablará el ruso, quizás el inglés? Pagará traductor, el grado de Falcón es de sargento y, un sargento dentro de cualquiera de los componentes es un grado inferior como grado intermedio que él no ha debido perder, que como sargento lo deberían tratar, a no ser que lo honren como un político de la oposición que del estado Lara no ha pasado y, como todo un estratega, se ha cogido a Rusia, a su capital, para lanzarle esa recta que le escupió al presidente Trump por algo que anda torcido, y con toda la serenidad de su sapiencia tropical, nada inmaculado de rabia, sino sereno como se ponen los grandes estrategas oportunos cuando, van a soltar verdaderas perlas fuera de Venezuela y, allá te va, oye y después replica, pudo haber dicho Henri, con la audacia rusa que encara en el vídeo con sus manos entrelazadas de armonía sintáctica, expresó: "Desde Rusia nuestro llamado al presidente Donald Trump: Atrévase a escuchar la verdad de un sector que no comulga con la violencia y los atajos; que no promueve ilusiones y fantasías que a la postre se convierten en grandes frustraciones, mientras se agudiza la crisis". Pregunta, ¿con la violencia se comulga? Sí es así, por eso los padres de la iglesia católica siempre están bravos y refunfuñando.
Como mal entendedor, no entiendo nada , leo y releo, y sigo igual, qué le quiso decir a Trump, truncado de valentía no muy especificado, pero por eso no pierde valentía, pero él y Trump sabrán, que ellos como oposición en otro bando deben tener ondas de intervención que los conecte y, así como lo hizo Henri, lo hará Guaidó todos los días antes de coger calles, que es su gran obsesión de reunirse a diario con sus admiradores y seguidores que le dan vida a su poder, pero que Guaidó ha tenido la gentileza política -por lo menos- de no hacerlo en público, a lo mejor por temor a un regaño de PomPeo (quien le tiene los días contados a Maduro), pero Henri como oportuno a lo mejor leyó a Tolstói, a Dostoievski, a Gorki y quién sabe a cuántos más antes de peregrinar por Rusia, y es que los buenos políticos son así, buenos receptores de las emociones de los grandes pensadores que con ellos después se cobijan y, hasta habrá visitado el mausoleo de Lenin y, con qué cara lo vería.
Posible ha de ser que, Trump haya quedado algo impresionado y hasta puede pensar mal que desde Rusia por un no ruso le hagan llegar un mensaje que, desde el Departamento de Estado lo deben de estar examinando con pinzas quirúrgicas antes que Trump lo haga explotar en sus oportunos tuíteres y, hasta nos haga saber como le cayó ese mensaje.
Quiera Dios que, Henri Falcón regrese condecorado de Rusia y, no dopado de rabia o, maltratado de impaciencia si hubo algo que no le gustó de los rusos que, lo más seguro que las puertas de los Estados Unidos habrán de esperarlo abiertas a su condición de líder al tratar de abrirle los ojos a Trump, que eso no parece bien para su régimen como autoritario que es.