Sin mucha petulancia ni arrogancia de consideración, preciso es decir que, Guaidó le ha sido más útil a Margarita que el santo José Gregorio Hernández, que molesto debería estar que, un autoproclamado sin votos de conciencia que todavía no ha llegado al cielo desde la tierra haga milagros y, provechosos por demás que, mientras llueva en la isla la cosecha vivaracha por venir va a ser de las buenas que, hasta Millo Malaver siembra plantas hablantinosas en Tacarigua como terrícola oportuno y, tan provechoso ha sido el regreso de Guaidó que tendremos cachapas con queso todo el año, porque maíz cariaco habrá por miles de toneladas y, quienes antes se azoraban reclamando por el agua que no llegaba por los tubos, ahora llega desde las nubes que no hay porque puyarlas y, agua que no has de usar déjala correr es la consigna que desde la gobernación reparten a los margariteños. Es decir, Margarita florece.
En Margarita tenemos nuestro protector que claro, tiene que ver con todo, hasta con el modo de caminar de los margariteños, pero se vino abajo después, que Guaidó puso los pies en Maiquetía que hasta la célula le cortaron por no tener pasaporte, lo que a los margariteños de eso nada le intriga ni lo que haya hecho fuera del país paseando como un turista especial con dólares que gastar y popularidad para tirar al aire en Colombia, Europa y Estados Unidos, que hasta Trump remontó en las encuestas después que lo atendió en la Casa Blanca como todo un presidente que, se preocupa por las causas justas, no Trump, sino Guaidó, que jamás perdió su compostura y demostró al mundo que él y sólo él es el presidente de Venezuela, porque según él el otro es un impostor y además "dictador", pero que sin pensarlo dos veces se fue sin permiso de viajar y regresó al país recibido por la dinastía diplomática sin cobardía que el embajador francés desenterró a Charles de Gaulle de lo hábil que es luchando por el pueblo de Venezuela y, que su voluntad de servidor lo siga iluminando y saque fuerzas de darnos bríos de ayuda contra los enfrentamientos que líderes es lo más que sobra en la oposición y ninguno brillante.
Pero quienes más han sacado provecho de la cosecha que está en puerta: son el gobernador y el alcalde de Maneiro que como piezas opositoras pro Guaidó por su gente, trabajan arduamente por la nueva modalidad de vida del margariteño como sembrador de oportunidades que todo el que va a la gobernación recibe un azadón y un machete de las manos de Alfredo Díaz que, se ha llevado a Ramos Allup por lo cachos solucionando problemas intrínsecos de poner a sembrar conucos y parcelas a todo aquel que quiera vivir feliz con el machete en las manos antes que echar azadón, lo que no es dolor de cabeza de Morel David como represetante de los más ricos de la isla que dejarán de vivir del turismo para vivir del desarrollo de la agricultura en su municipio, por lo que en Margarita sopla brisa de agua y, las playas sin sol solas están y como consuelo obligado dentro del nuevo estatus de desarrollo de existir del margariteño, se le ve sonriente, complaciente, sin rabia en su boca que muy pronto tendrán cosecha en puerta mientras, haya paso de luna nueva con Guaidó a su favor.
La pesca como el turismo han decaído pues, son muchos los nubarrones que están a la vista y como todo el mundo no tiene ni conoce de paraguas en la isla a no ser por los fanáticos evangélicos que, haya o no haya sol siempre se les ve guindados de un paraguas y como la frescura que entra ahora no es desvastadora, sino más bien tiene ánimos oportunos de mejor vida para los margariteños que el que no siembra no cosechará es por flojo por demás que, siempre los hay y más si son chavista que al igual que los adecos están pendiente de los bonos mensuales de Nicolás, y con esos no se encallan sus manos y, los margariteños que antes de la llegada de Guaidó al país se la pasaban viendo el cielo en busca de oportunidades, ahora ven el suelo que es donde está la riqueza del pueblo, pero el gran problema será en lo adelante el turismo que traía a los colombianos a disfrutar de las playas, quedará sepultado por la agricultura donde especies como el ají dulce y el tomate serán, lo más seguro, obra y gracia del margariteño pujante que no sabe mucho del campo, aunque es hábil como el solo sabe para soplar el entusiasmo de cambiar y seguro pueden contestar la pregunta: ¿ustedes están conscientes del porvenir que les espera? ¡Claro! Conscientes estamos de esta oportunidad de reverdecer nuestra aridez. A no ser que Guaidó quiera abandonarnos que, preso nunca irá, porque no vale la pena -no es nada- que así lo ve el protector del Táchira.
¿Entonces, es o no es, Margarita una lágrima? Claro que es una lágrima, pero no fue un querubín quien la derramó, ni cayó en hondo piélago -no señor- sino Guaido quien trajo la lluvia en un pecoro de esperanza que trajo de Europa y los margariteños sedientos de agua que cada treinta días la veían, llegó Guaidó y zuás, la lluvia cayó y desde ese día no escampa y, que no escampe que seremos de ahora en adelante los grandes terranientes de ver llover todos los días. ¿No es posible? ¡Posible es, enhorabuena!
Y el que diga que, Guaidó no manda y que es un tonto útil, tonto no es y útil también, es un mentiroso y, cuidado con meterlo preso.