Pero han de creer que, ese oblicuo personaje se rebele como armamentista y como repartidor de dinero que no es de él por una causa nada justa, y como un novato taciturno lo han agarrado -¡hombre!- con las manos en la masa y sin tapabocas de auxilio como si fuera un cantautor nada oculto con su valentía en peligro y como un preso se verá sin jugar a la sana política y, su esfuerzo por librarnos de las travesuras del gobierno de Maduro se haya ido de bruces con un par de vecinos que al mediar por su Voluntad Popular donde, goza de un prestigio a su voluntad, está preso y acusado de participar en delitos contra el orden constitucional y entonces Roland, nos querías quitar lo único que nos queda como es nuestro orden constitucional que ni Trump ha podido llevárselo y, mientras Leopoldo López disfruta de unas vacaciones sin fin bien merecidas en España como si fuera a bailar pasodobles y, Roland acá le hace la segunda para que no se pierda el apetito de la agresividad de ese partido que ha quedado como a la deriva cuesta abajo.
En este país se ven cosas que imaginar lleva trabajo y hasta hombres y mujeres desperdician un pedazo de su buen rato para que otros vivan más y mejores sin darle un palo a la piñata y, otros se largan, porque acá no pueden luchar, se les hace más fácil hacerlo en el exterior con más tiempo para pensar, amenazando siempre que pronto vendrán por la victoria, pero después que se van y dejan el pelero de su política por actuar, no se acuerdan más de nosotros que, muchos de ellos viven como reyezuelos y a veces nos saludan con su valentía sin dar un paso al frente y, tiene que salir como lo hizo Roland Carreño con la frente en alto a colaborar con ellos para que nos alteren el orden en que vivimos alterados por demás, viendo pasar el tiempo sin contar los días que, nos quedan sin saber cuántos nos quedan, no para salir del gobierno de Maduro como piensan ellos, sino por la subsistencia del aguante que es para rato, pero peor para ellos que no quieren vivir en democracia al dejarse arrebatar por la emoción del consentimiento, nada compartido por el pueblo chavista o no.
Roland Carreño con su sonrisa de aguafiestas en desvarío, vigilado por la ley está, esperando por el debido proceso, capturado in fraganti y no bailando en una sola pata y con la prontitud del caso que descama el momento: La Fiscalía actuará, pero seguro que no será, porque motivos no tiene para ser un preso político que, esperemos por la balanza donde será auscultado no como un peso pesado, sino como un periodista que no encontró donde escribir y se le fue la mano hasta la tinta de su conformismo de la retaliación contra el gobierno de Maduro.
Pero Roland Carreño no está solo como hombre de acción que no quiere vivir del pasado y busca ocupar su puesto en la Historia de los malagradecidos por escribirse, y como todo un soldado de la república inquieta no entrará en el ciclo del soldado desconocido, porque pronto le lloverán los epítetos de augurios que lo consolidará como un batallador de los tantos que hay en Voluntad Popular, aunque también muchos huyendo por Venezuela quizás, viviendo de las penurias de su destino. ¡Pobre de ellos!
Posible es que, la gloria les pertenezca como amantes del poder que no han sabido ganarse, pero el afán de ser los protectores de la inconformidad los mantiene cambiando de posición a ver si alteran el orden que no es de los factores que se mantiene constante fuera de sus ideas que nos quieren imponer a como sea y desde España con cariño y sin variantes.
Roland Carreño se enredó como un papagayo colombiano y no conforme con su libertad de vivir en Venezuela, a lo mejor sufriendo a lo mejor no como nosotros, porque parece ser que repartió armas y dinero y no para seguir con la revolución, lo más cierto que no y, ahora pagará por sus consecuencias sin importarle como no le importó que es preferible vivir en democracia y no en la democracia que ellos no quieren para el pueblo, tal como lo significa Guaidó.
