Me gusta cuando ventea porque se espanta la plaga.
Henos de nuevo aquí aunque telemétricamente, lector / lectora dilectos en toda circunstancia esencias del discurso y pese a que éste, el mío es chucuto a falta del vuestro condimento directo y concreto os dejo abierto el tema, inconcluso, para que vosotros lo sazonéis a pulso y completéis mis quizá temerarias afirmaciones. Al inteligente, pocas palabras. Lee, te lo ruego. Gracias.
Excepto al gringo al que de ipso facto ella se le arremilla, no sé si como sauria, ofidia, quelonia o qué sé yo, Macabra no admite ser segunda de nadie.
Infiero que macabra anda en pelotas, desnuda sin atenuantes; bueno, en realidad anda a veces con una capucha, se ha quedado íngrima porque ella riñe hasta con su propia sombra y de ahí que es de suponer que está enconchada en un estrecho cerco; su vía para todo es una manifiesta violencia criminal lo que es residir en un mundo de insensatez, de falta de razón, que rehúsa a todo diálogo y en consecuencia a un ejercicio liberador de sus toxinas mentales, tal parece ser así.
Y ese alocado proceder, insensato como he señalado anteriormente pero que reitero, puede ser asumido por muchos tal como sucedió el pasado 28 de Julio con la manifestación del opositor voto desquiciado y cuantitativamente significativo y todo eso es turbio desde todo punto de vista racional.
¿Cómo pudo Macabra seducir a tan significativo grupo de hombres y mujeres sin cabeza?
Ah, obvio, no fue Macabra sino lo que ha estado detrás de ella moviendo los hilos. Lo de macabra es la camorra, ella opera de manera sádica y a la par masoquista en contra de sus propios provotantes pero es guionada.
Sin capucha y con capucha Macabra vomita en un tono demasiado alto o balbucea, respectivamente, el mismo lenguaje de su locura, ella habla esencialmente contra el pueblo trabajador pese a que siempre intenta centrar sus dislates contra Maduro pero sabemos que de fondo es contra el Libertador Simón Bolivar y contra el Comandante Chávez; se le ven las costuras.
La violencia y la demencia parecieran ser hermanas siamesas; en Macabra locura y falta de razón desembocan en un delirio furioso manifiesto en violencia y demencia que la caracteriza y de ahí toda negativa a la posibilidad de diálogo alguno, lo de ella es preconizar la "fuerza": "¡a Maduro hay que sacarlo por la fuerza!" ---dice a voz en cuello---.
Con su cara amarrada y el ceño fruncido la anciana mujer de marras, macabra y prepotente, alevosa, vaticina que sin ella no pueden haber elecciones en Venezuela, y no es sólo la ignominia de su lenguaje sino, de facto, su acción criminal, sanguinaria al mando de sus "comanditos" a los que cual "Diosa arbitraria" ella les ordena quemar escuelas, hospitales, autobuses, apuñalar a humildes mujeres de los CLAP, quemar vivos a quienes se le atraviesen a sus huestes fascistas y es que Macabra es macabra y no es cuento. Su locura es apenas una parte del problema, lo grueso reside en la pila de descerebrados que le siguen como le siguieron al pastor Jim Jones (ver "Macabra guio a contraflecha los pasos ciegos de gente sin cabeza") y por si poco fuera la envidia parece corroerla hasta los tuétanos.
Menoscabada, creo que conviene intentar curarla pero si resultase incurable, lo mejor para ella es internarla en un manicomio para que no sufra más daños y así evitar que pase sus días finales tirándole peos a la luna.
Macabra es ya un bagazo político y ha dejado tras de sí un reguero de sangre en su andar lúgubre. Macabra condensa en sí el rasgo cultural más prominente, oprobiosos y común de las oligarquías coloniales, eso es sentirse superior a los demás y en consecuencia sufre a vapores no poder aplastar a los pobres para someterlos a la esclavitud pero llegó el final y ella tendrá que ir al manicomio o acaso apretar bien ese bicho a que no le quepa ni una aguja ni le salga un suspiro cuando la justicia la reclame de veras.
Ventolera desatada en la USAID pueda que haga coger mínimo a esa oposición fascista. Venezuela quiere vivir en paz.