Pico y pala

Mientras Carmona dictaba su decreto ante la eufórica representación de la sociedad civil reunida en Miraflores, los aspirantes a funcionarios recorrían las calles del país asumiendo con inusual compromiso las funciones inherentes a los cargos deseados. Guiados por sólidas convicciones democráticas, actuaron con sorprendente diligencia en legítima defensa del gobierno de transición que venía a poner la mesa en su santo lugar.

En la capital, vale la pena destacar la abnegada labor realizada por las autoridades de Baruta y Chacao; despojadas de cualquier ambición personal y casi ungidas por el don de la ubicuidad, se desplazaron resueltamente para trazar las líneas del nuevo orden citadino con la sola asistencia de algunos efectivos y la televisión que tenemos. En apenas 48 horas sentaron con coraje y pragmatismo las bases de la democracia verdadera, al tiempo que desmantelaban el rrrégimen tiránico usurpador de libertades.

Las microondas reseñaron para la posteridad la valentía de asumir responsabilidades fuera de sus propias jurisdicciones, la cortesía de sus visitas domiciliarias y la nobleza del buen anfitrión con que brindaron protección debida a diputados, ministros y demás autoridades del gobierno saliente.

Puede parecer alabanza pero el señor alcalde de Baruta, en ocasión de los sucesos acaecidos en la embajada cubana y sus alrededores, protagonizó ante el mundo la presentación de una nueva y revolucionaria visión de los derechos humanos y las relaciones internacionales.

Fíjese que ambos alcaldes repitieron y esas si que fueron elecciones limpias, protagonizadas por comunidades imbricadas con el ideario de líderes emblemáticos que les animan a colocarse siempre de lado, sobre sus “iguales”.

Luego de un largo periplo de lucha republicana, el caballero Capriles se muestra dispuesto a reconciliarse con sus obligaciones locales. Para honrarlas ha echado pico y pala a un ingenioso plan de descongestionamiento vehicular que está dando pico que hablar. Sus detractores alegan que se trata de una copia del día de parada que tan gratos recuerdos trae a los vendedores de autos. Y se equivocan, el sesgo político les impide ver el carácter vanguardista del proyecto que protege del caos urbano a la sociedad civil baruteña. Si Caracas desea privilegiarse de estas y otras bondades, pues que vaya pensando en Henrique como autoridad única para las próximas elecciones. Hasta tanto las hordas de bárbaros que habitan allende los confines no se conviertan en sociedad civil, es decir en ciudadanos, es lógico pensar que quienes ya lo son y votaron por ello, estén en el legítimo derecho de restringir la circulación de forasteros por su territorio. Pero si usted no habita en Baruta y ha visto películas de vaqueros, tendrá que agradecer que en el acarreo de pico y pala al escombro foráneo, las balas hayan sido cambiadas por unidades tributarias.

cordovatofano@hotmail.com


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Daniel Córdova Tofano


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