El uruguayo Eduardo Galeano, en su libro “El Fútbol a sol y sombra” entregó unas crónicas aquilatadas y una gran propuesta de importantes elementos literarios sobre los principales actores de este trascendental deporte que ha logrado alcanzar su propio espacio y tiempo en la vida de casi todos los ciudadanos del mundo. La autobiografía de Maradona “Yo, el Diego”, fue uno de los textos más esperados en una Argentina que vive, come, respira y ama al jugador más controversial de la historia y quien logra desatar las pasiones de un pueblo que hizo y hace reventar de lágrimas y alegrías.
“El mundo es un balón”, nada más cierto. Apenas suena el silbato y enmudecen millones de espectadores del mundo entero, en una tangible demostración de los postulados de McLuhan, estamos en una “Aldea Global”. Es inevitable, es una alienación en donde todos hemos entrado y nos entregamos uniformes al “mago de la cara de vidrio” durante noventa minutos mientras el balón, besando el césped, va y viene en un adormecedor coqueteo que nos despierta sólo cuando un impetuoso puntapié asalta al cancerbero para llevar esa misma esférica a las redes del grito desgarrador más oído en el mundo, que sangra las gargantas en todos los idiomas: “¡GOOOOOL!”.
La Copa América es uno de los torneos más importante de deporte mundial. Su representación aglomera una alta porción de los mejores jugadores del globo y de países que suman las mayores copas del mundo. Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Perú, por citar a cinco, han bañado al mundo no sólo de un amplio palmarés de victorias sino de un fútbol que va más allá de la destreza física para caer en linderos del arte y lo espiritual. El fútbol es atmosférico, es etéreo, es la gloria, es allí donde sudan los dioses.
Por nobleza de la Providencia, Barinas es sede de la Copa América para el partido Estados Unidos – Paraguay. Se estima que serán unos 2.000 millones de personas en el mundo que estarán pendiente de este encuentro, seremos el centro de atracción de cuatro mil millones de ojos, motivos de sobra paras sentirnos orgullosos y comprometidos.
De allí que no se entiende como reducidas personas de esta región se oponen, sabotean y apuestan al fracaso. Sus palabras arrojan mezquindad y envidia y, a como de lugar, capitalizan esfuerzo para que este magno evento no se realice.
El espectáculo, por la fuerza y alcance mundial, no interesa a los opositores y ellos lo saben, por eso es que apoyan las protestas callejeras de unos estudiantes que se niegan al debate de las ideas porque simplemente carecen de argumentos.
Pese al show mediático que hacen por Globovisión, pese a sus planes de golpe suave, buscando acumular cientos de problemas pequeños a fin de esperar un gran estallido social, pese a sus continuas mentiras y deseos malévolos, Venezuela, el pueblo venezolano y el Gobierno revolucionario saldrá airoso cuando los pulmones del árbitro exhalen y produzcan el silbato inicial de esta Copa América…, lo demás se sabe, la modorra, el estado onírico, del cuál sólo despertaremos cuando oigamos el desgarrador “¡GOOOOL!”. Entonces, ya la oposición sumará una nueva derrota. (Lluvia de Tinta se lee digital en www.aporrea.org, www.fuerzasocialista.com, www.radioatake.net, www.rebelion.org)
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