He venido trabajando la idea de saltar la talanquera para irme con todos mis aperos y cachivaches al campo del antichavismo, pues eso de ejercitar en chavismo crítico no parece cuajar en estos momentos de tanto uh, ah, Chávez no se va.
Pero uno a estas alturas de la vida no puede andar saltando talanqueras de golpe y porrazo, sin presentar razones a los desocupados para irse a la acera del frente, porque una cosa es disgustarse con alguna acción (o con la falta de acción) y otra irse de bruces al campo del antichavismo. Así que me propuse ir sumando varios motivos que me llevaran a dar este salto y así he logrado dar con algunas razones y espero encontrar más los próximos días; así que si usted tiene una a mano me la puede enviar vía correo electrónico.
Una razón la encontré en boca de un tipo inteligentísimo como Calderón Berti, quien dio una opinión que coincide con otras dentro del antichavimo, de ese que llaman mediático; a mí me convenció el que viniese de un caballero tan brillante como este experto petrolero.
El señorazo en cuestión dijo que hoy día todos los venezolanos están contra Chávez. ¡Bravo! ¡Qué manera de determinar que más de siete millones de venezolanos cambiaron de posición política desde diciembre hasta acá! ¡En sólo seis meses! Tan extraordinaria conclusión me incluye a mí, puesto que yo soy parte de ese todos los venezolanos. O sea, sin que yo saltara la talanquera, ya el tipo sabía que la iba a saltar.
Otra dos vainas arrechísimas ha aparecido en casi todos los medios impresos de mayor prestigio, lo cual confirma su veracidad. Una: los estadios donde se juega la Copa América están siendo copados por gente pagada por Chávez. Y debe ser un buen billete, pues si no hay ningún chavista en el país hay que pagarles bien a los que van a los estadios como espectadores. Dos: los hoteles están llenos, no de turistas sino de gente traída por Chávez de China, Irán, Cuba, Bielorrusia, Rusia y otros lugares del mundo. Eso quiere decir pagarles pasajes, estadía, alimentación, movilización y caprichos, además de cancelarles el sueldo que ganarían en sus países de origen. Y esto simplemente para tener chavistas comprados en el extranjero, pues en Venezuela no existen. Habrá que registrarlo como un nuevo rublo en las importaciones.
La otra me la dieron el llamado “matacuras” y Antonio Ledesma, quienes afirmaron que la gente no apoya a Chávez, sino que le tienen miedo y por eso gritan “Uh, ah, Chávez no se vá”. Si consideramos que el sabio Calderón Berti explicó que todos en el país están contra Chávez, ese todos incluye militares, ministros, policías, espías, hordas y otros. La gente le tendría miedo a un Chávez íngrimo y solo.
Por ahora refiero estas razones para irme a acompañar a esa oposición tan sensata, brillante y atinada.
Si es que Chávez no viene él, personalmente, puesto que nadie lo acompaña, a llamarme contrarrevolucionario.
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