Las protestas estudiantiles ahora se enfilan contra Guaky, la simpática mascota de la exitosa Copa América. A los alumnos de las universidades privadas podría estar afectándolos el síndrome de la coordinadora democrática. Empezaron protestando por un canal comercial para terminar reclamando sus “derechos civiles”, con bruscos cambios de consignas. El parroquiano ya no sabe por qué protestan las chicas que se apostan en los semáforos del este caraqueño.
Un joven de la Santa María leyó un comunicado “a Venezuela y el mundo”, en el que parangona la manipulación que la dictadura de Videla hizo del mundial de 1978 en Argentina, con la que, según su manifiesto, hace Hugo Chávez con Guaky. El objetivo sería el mismo: ocultar “la violación de los derechos humanos”.
A la juventud se le puede perdonar todo, excepto la ignorancia. No estaría mal que antes de leer guiones facturados en agencias publicitarias, los muchachos le metieran un ojo a la historia. De hacerlo, podrán conocer lo que fue la dictadura de Jorge Videla. En primer lugar, bajo la misma, jamás hubieran podido leer por televisión su manifiesto. Antes de iniciar la lectura, ya estarían desaparecidos, como le ocurrió a miles de jóvenes argentinos bajo aquella tiranía.
También se enterarían de los hijos arrancados a las prisioneras políticas y desaparecidos para siempre. Conocerían de las luchas heroicas y dolorosas de las madres de la Plaza de Mayo. Se informarían acerca de la llamada Operación Cóndor, esa multinacional del crimen político que en Videla tuvo uno de sus ejecutores. Sabrían de las más perversas formas de torturas aplicadas no sólo a los activistas políticos, sino a toda persona que se les antojara sospechosa. Se estremecerían –digo yo- con los más de 30 mil asesinados por la dictadura argentina. Leyeron bien, jóvenes: más de 30 mil.
Al desconocer estos hechos históricos, lanzan un manifiesto que, en el exterior, lo menos que provocará será pena ajena. Muy mal que los muchachos opositores imiten o se dejen guiar por sus mayores de la vetusta coordinadora. Para ésta, todo lo que le ocurría y ocurre era y es culpa de Chávez , como la expulsión de Acción Democrática de la Internacional Socialista por no pagar su cuota de miembro y por sus desviaciones golpistas y abstencionistas.
Muy grave para el incipiente movimiento de los colegios privados perder la credibilidad en plena primavera. La coordinadora, por lo menos, ya estaba más allá del otoño y sus dirigentes habían perdido toda vergüenza. Agarrarse de la Copa América para atacar al gobierno es una torpeza porque el evento continental fue todo un éxito. El arrebato hiperbólico de comparar la revolución bolivariana con la dictadura argentina de 1978, en el menor caso le resultará a la audiencia un chiste malo y tétrico. Tratar de enfilar los odios contra Guaky, al mismo tiempo que se pide reconciliación, es un foul en el área chica.
Está bien, el rotundo éxito de la Copa América fue un trago amargo para la torpe oposición. Pero Guaky –creación de una estudiante de bachillerato- no tiene la menor culpa de los descalabros de aquella. Pidan a la agencia publicitaria que les invente otra, muchachos. Guaky no es su enemiga.
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