Para mi sobrino Augusto Cerradas, en Barquisimeto
Pocas veces en la historia reciente de este país, para no jurungar los espacios temporales, habíamos presenciado un fraude mas escandaloso que el de los estudiantes escuálidos de la universidades privadas, los mismos que se transmutan, invaden y copan las universidades públicas, segregando de ellas a los pobres de Venezuela. Se alebrestaron, armaron tremendo alboroto en defensa de la empresa privada RCTV; se rasgaron las vestiduras en defensa de la libertad de expresión; recularon vergonzosamente en el debate que patrocinó la Asamblea Nacional con los estudiantes bolivarianos; destellaron por instantes gracias a una impresionante cobertura mediática nacional e internacional; y ahora… andan por ahí como ánimas en pena, sin respaldo de nadie, abandonados hasta por los mismos que los azuzaron a esa aventura sin futuro.
Da pena ver a los rezagados, al ripio residual, a la resaca de un éxito que nunca fue tal, a los insuflados por los medios, a los muy pocos tarifados que se montan en una buseta, se hacen acompañar por las cámaras de las televisoras y los “periodistas” de la vergüenza, llegan a centros comerciales convenientemente ubicados y levantan sus manos teñidas de blanco, ahora en una “campaña por la vida”. Como se han acobardado ante las demostraciones populares, ahora se hacen acompañar de guardaespaldas y guardianes privados que se camuflan entre ellos para protegerlos, quién sabe de que y de quién.
¿Dónde están esos líderes de pacotilla? ¿Dónde está el programa que juraron defender? ¿En qué lugar están pasando sus vacaciones? ¿Qué bandera voltearán ahora que RCTV está en el aire a través del cable?
De seguro que la agencia de publicidad que les prepara los guiones les está reservando algo especial,… pero, ¿a qué publico estará dirigido el espectáculo?, porque no será el mismo que explotaron hasta la saciedad, porque este definitivamente se desinfló. Mientras tanto, nuestro presidente está allí, dirigiendo al país que si no fuera por estas esporádicas escaramuzas de la derecha oposicionista, viviría un clima de paz.
Como todos los que se enfrentan al proceso revolucionario, ya los vemos deambulando sin consuelo: como los militares de la plaza Altamira, como los meritócratas de la antigua PDVSA, como los militantes de Ad y Copei. Alborotaron algunas partes de la ciudad de Caracas y del interior del país en defensa de Marcel Granier y los turbios negocios que hacía a través de RCTV y ahora están como perros sin amo, sin nadie que los oiga. “Requiescat in pace”
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