Su Eminencia Cardenal Urosa: ¿le declaró la guerra a Chávez?

Hemos meditado con mucha paciencia la declaración en mención de S.E. publicada en Quinto Dia (“La reforma constitucional se está planteando de una manera secreta y lo que planteamos es que haya participación de la población en los temas que pretenden reformar, nosotros pensamos que eso no conviene porque la Constitución es el tratado de paz entre todos los ciudadanos. Si la constitución se aplica sin concepto de la población puede ser una declaración de guerra”. 13 al 20 julio, 2007, n°554, pag.9). Nos extrañaron las palabras dichas por el S.E. Cardenal Urosa tanto por su contenido político-militar como por la contradicción entre las mismas y la frase repetida de no emitir juicios políticos. Consideramos que Urosa Savino, el ciudadano de la República Bolivariana, tiene el derecho y la obligación constitucionales de emitir juicios políticos sobre nuestra realidad social y socialista de la praxis del Gobierno Bolivariano. En ese contexto, nada extrañarían los criterios expresados. Pero S.E. no podría ni debería dar opinión, como Cardenal y Obispo de Caracas, con los símbolos que lo distinguen como tal, con contenidos políticos y, además, relacionándola con asuntos de carácter estrictamente militar.

Habíamos evitado comentar al respecto pero S.E., en el programa de Ernesto Villegas, En Confianza, emitió algunas opiniones que deben ser analizadas. En primer lugar, suscribimos, según su análisis, la argumentación sobre la Universidad Santa Rosa. Esperemos que se alcance una solución para bien de todos los católicos. Es verdad que el documento recién dado a la opinión publica por la Conferencia Episcopal que fue “firmado unánimemente”, aunque no comentó sobre si los 43 obispos lo aprobaron “unánimemente”, es muy importante. Nadie podría negar que dicho documento contiene “opinión política” (“Cristianismo es una religión, el Socialismo es política”, S.E. Cardenal Urosa dixit), particularmente, el temor manifestado por los purpurados sobre lo que consideran como manifestaciones de “marxismo-leninismo” en la praxis política, en un futuro, del Gobierno Bolivariano que se reflejarían en un “Estado unipresente” como en China y su política, por ejemplo, de un solo “niño”. Permítanos S.E. Cardenal Urosa comentarle sobre algunas realidades de la Iglesia católica en China. Tuvimos la oportunidad de sostener conversaciones tanto con el purpurado y representante oficial de Su Santidad Juan Pablo II en la clandestinidad aunque como obispo ejerce sus funciones públicamente y la máxima autoridad de la Iglesia Patriótica (oficial y autorizada por el gobierno chino), el obispo nombrado pero no consagrado, Michael Fung. Ambos representantes de la Iglesia Católica santificaban su trabajo cotidiano propagando la fe cristiana-católica. Vimos crecer la feligresía en número y en fé; como vimos crecer las familias en el número de sus miembros, particularmente entre familias católicas, en las zonas rurales cuya población total, budistas, católicos, taoistas, representa alrededor de un 80 por ciento de los 1.300 millones de habitantes. Visitamos y compartimos con las feligresías de Beijing, Tianjin, Shanghai, Hangzhou y Guangzhou. Podemos dar constancia del cariño a Juan Pablo y de la obediencia de los purpurados a S.S. Juan Pablo II, unos públicamente, otros con prudencia, al mismo tiempo que, en ambos grupos, se manifestaba una conciencia por apoyar las políticas sociales y económicas que venía implementando el Gobierno marxista-leninista-pensamiento Mao y pensamiento Deng Xiaoping. La reciente carta de S.S. Benedicto XVI deja entrever el amor y el cariño hacia esa feligresía aunque aún sin comprender completamente el carácter socio-cultural de las tradiciones de 5000 años de Historia.

Si la misión de la Iglesia en Venezuela es de “servicio y construcción de la paz” (no estamos en guerra mas allá de la mediática), se desea el “progreso” para Venezuela, se busque que se “respete a la disidencia”, se eviten las “descalificaciones” y se discutan los contenidos de propuesta aún desconocida oficialmente; por eso, como buenos oficiales de Cristo, debemos comenzar por ofrecer todas las casas parroquiales para que los consejos comunales puedan reunirse y recibir de los consagrados guía de moral, ética y fe para quienes así lo deseen. En ese orden, es digno y necesario rescatar, resaltar y felicitar a la Fuerza Armada Nacional quienes llevando dignamente el uniforme que los distingue, sin polemizar en asuntos políticos y obedeciendo los contenidos de la Constitución realizan, cotidianamente, “trabajo santificado de ayuda a la sociedad”, dando el ejemplo de solidaridad sin pedir nada a cambio sino respeto a la dignidad del uniforme que los identifica.

La Iglesia de Venezuela debe ser la primera, por las razones esgrimidas por S.E. Cardenal Urosa sobre la “tradición cristiana” de la población venezolana, de propagar el amor y la paz entre toda la sociedad venezolana; caso contrario, tendríamos que vernos en el espejo de la España franquista que llevó a la soberbia del poder a construir el “Valle de los Caídos” sobre las almas de un millón de seres humanos.

Estamos seguros que con la presencia de Su Eminencia Cardenal Urosa en el programa En Confianza se han abierto las puertas del diálogo profundo de amor, unidad y respeto.

delpozo14@gmail.com


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Miguel Angel del Pozo


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