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Receta infalible para echar a Chávez, aprovechando el Proyecto de Reforma Constitucional

La reacción de la oposición es demasiado previsible. Nunca nos van a dar la satisfacción de poderlos confrontar en el terreno político o ideológico, porque sus “ideas” carecen de elementos que nos puedan permitir una reflexión seria. La alternativa que nos queda es la de tratarlos como lo que son: como loquitos que no saben ni lo que dicen ni lo que hacen.

Mientras que la imagen de Chávez se agiganta cada vez más, por sus actuaciones en el ámbito nacional e internacional; mientras Chávez pasa meses, semanas, días y muchas horas dedicadas al estudio de la realidad política de nuestro continente, esa derecha desquiciada sólo se dedica a la “rumba”, a “rajar caña”, a los viajes, en fin, a la “dolce vita”. Por eso reaccionan tan destempladamente ante el Proyecto de Reforma Constitucional, que es sólo eso, un proyecto.

Yo lo vería, y me perdonan la intromisión en los asuntos ajenos, como una magnífica oportunidad para confrontar a Chávez en su terreno, y en el que precisamente está fallando esta oposición. Yo confrontaría a Chávez en su propuesta de socialismo; yo confrontaría a Chávez en su propuesta de reorganizar el país; yo confrontaría a Chávez en su propuesta de darle un vuelco histórico a la Institución Armada y ponerla al servicio del país; yo confrontaría a Chávez en sus designios inconfesables de establecer una jornada laboral de 6 horas; yo confrontaría a Chávez en sus planes con relación a PDVSA; y en fin, lo confrontaría en su propuesta de reelección continuada.

¿Cómo hacerlo? Muy fácil. Y de esta manera se atraerían el más grande consenso popular que nadie haya podido imaginarse. Hay que ser atrevidos, dar la cara y no esconderse, como hacen los cobardes, detrás de los fustanes de las mujeres. He aquí mi receta:

1. Promover una amplia campaña en todo el país en defensa del capitalismo, que se ha visto lesionado por las arremetidas de Chávez en contra de su baluarte principal: el imperialismo gringo. Contratar a estadounidenses que nos enseñen a difundir las bondades de ese sistema. Eso sí, abstenerse de traer a los poquitos aborígenes que se salvaron de la matanza, ni afrodescendientes, ni pobres, ni lo que ellos llaman “latinos”. Si alguien objeta algo, entonces hay que proponer volver al feudalismo.

2. Presentar la propuesta de transformar a Venezuela en un Estado Libre y Asociado como Puerto Rico. No mejor no, como Hawai. En lugar de estados tendríamos states, y los municipios serán countys (condados). Asi nos ahorraríamos muchos problemas, ¡y lo chic que sería! ¡Viva la Nueva Geometría del Poder”

3. Proponer la eliminación de la Fuerza Armada Bolivariana para transformarla en la Nacional Police. Dejaríamos sin efecto las compras de Sukhoi, de los submarinos, devolveríamos los Kalashnikov y nos quedaríamos sólo con revólveres, chopos, peinillas y rolos. Eso sí, muchas bombas lacrimógenas para dispersar las eventuales manifestaciones de chavistas soñadores de un mundo mejor. No necesitamos armas “defensivas”, porque de la tarea de defender “el suelo sagrado de la patria”, se encargaría la U.S. Army, o cualquier otro cuerpo armado que a bien tenga enviarnos el Imperio.

4. En lugar de una jornada de 6 horas, la propuesta debe ser de dejarnos de pendejadas y eliminar el horario que por lo que parece, es un invento chavista. En lo sucesivo sólo se hablará de una jornada que iría “de sol a sol”. Así, ya no harían falta los relojes para los asalariados con el consiguiente ahorro de dinero, que como todos deben saber, iría a la sacrosanta banca privada.

5. Para confrontar a Chávez en su terreno hay que insistir en que no hay petróleo sino “bitumen”. Quitarnos de encima esa pretensión, pues lo que existe es la “Faja Bituminosa del Orinoco”. PDVSA sería desguañingada y repartida entre la Chevron-Texaco, Esso, Shell, etc. Hay que reservar una buena tajada para Halliburton, la empresa del benemérito vicepresidente imperial Dick Cheney. Los bloques tendrían en lo sucesivo los atractivos nombres de Britney Spears, Angelina Jolie, Victoria Beckham, Madonna y Paris Hilton y no los absurdos e inexplicables de José Antonio Anzoátegui, Manuel Cedeño, José Tadeo Monagas o Manuel Piar.

6. El artículo 230 constitucional, debe reformarse íntegramente y proponer que el nuevo texto sea: “Uh!, Ah!, Chávez vete ya”

De todas maneras, después que hayan resuelto el problema, y ganado abrumadoramente el referéndum aprobatorio, les sugiero contratar a los más eminentes constitucionalistas que jamás haya parido este país, para que redacten otra Constitución que como novedad no sería sometida a ningún referéndum, ni consulta alguna. Así se inauguraría la Sexta República. Entre otros recomiendo a los eximios, sapientes, sesudos y reputados [1] juristas: Allan Randolph Brewer-Carías (a) “Randy”, Hermann Escarrá, Cecilia Sosa, Asdrúbal Aguiar y Gerardo Blyde, bajo la dirección del redactor del “Nuebo Prollekto de Refolma de la Konztitusion”, el eminente filósofo Manuel Rosales, quien tiene años tratando de terminar de leer la vigente Constitución y de lo poco que ha leído no ha entendido ni una ñinguita.

¿Qué les parece? Todo es muy sencillo. Así Chávez tendría, si es que tiene suerte y sale vivo de ésta, la maravillosa oportunidad de irse a las orillas del río Caipe a sembrar yuca y topochos, para complacerlo, porque dizque esos son sus deseos.

Notas:

[1] Ojo: no es una mala palabra.

Contacto con el autor:

Internet: “La Página de Omar Montilla”

http://lapaginademontilla.blogspot.com

Correo: omar1montilla@gmail.com


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Omar Montilla


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