En los cenáculos analíticos de la derecha recalcitrante, RCTV y GLOBOVISION, el ruido de los cohetes y traquetear de las matracas, les impide ver lo sustantivo de su triunfo en el referéndum.
Y es que después de combatir por comunista a la constitución de 1999, ahora celebran que se mantiene intacta, reconocen que sus bondades sociales superan con creces las expectativas de desarrollo del pueblo y hasta aseguran que dentro de ella se eyectara la patria y sus instituciones para bien de todos los venezolanos; situación que hace a la oposición colegionarios del estado bolivariano, aunque no los convierta en militantes defensores de la revolución.
Ahora bien, el 44,11% de los posibles votantes se quedó en su casa. El NO tuvo en el bloque "A" 50,65% de los votos y en el bloque "B" 51%. Mientras que en el SI fue en el bloque "A" 49,34%; en el bloque "B" el 48,99%. Desde el punto de vista estadístico un empate técnico que solo se pudo despejar por la gallardía del Presidente Chávez y la fortaleza de la institución electoral, pues no hay referente en el mundo, donde quien ejerza el poder reconozca estar vencido por tan pírrica diferencia.
En ese sentido, todos los análisis apuntan a una evaluación puertas adentro del movimiento revolucionario, ya que al reconocer el triunfo de la derecha escatológica (De escatología. adj. Perteneciente o relativo a los excrementos y suciedades) No hay que perder de vista que fuimos derrotados por la fuerza de la ideología anticomunista que tiene en el mundo mas de 120 años de campaña. Cosas, como suponer riesgos a la propiedad privada, la que algunos ostentan y la que aspiran tener otros, cuya única razón de existencia es tener, acumular y poseer, algo que les valide sus vidas por lo menos de apariencia, ante la desdichada clase media desinformada y atrasada que por su bajo nivel de compromiso social, suspira con el lujo y el confort de las telenovelas.
Fuimos derrotados por nosotros mismo, por nuestra incapacidad autocrítica y el bajo nivel de arraigo revolucionario de aquellos que validan su liderazgo detrás del aparato del estado en menos cabo de las fuerzas del poder popular. Fuimos derrotados, por nuestra ingenuidad de creernos imbatibles ante un enemigo que aunque no nos supera en términos electorales, indudablemente nos venció al inmovilizar a nuestra tropa mas desinformada. Fuimos derrotados, por la egolatría, el egoísmo y la petulancia, de muchos que se llaman revolucionario y ni siquiera se aproximan un milímetro al nivel de humildad entrega y compromiso del líder presidente.
Es importante decir, que no se trata de buscar culpables, de lo que se trata, es de depurar, reordenar y avanzar hacia el socialismo, motivo por el cual, cada revolucionario debe preguntarse, ¿Qué pasó?. Y mas allá de un mea culpa, hay que ir en pro de los objetivos concretos que demanda la revolución. No es hora de posiciones blandenguez, de aliaza o pacto con la derecha dentro y fuera de la revolución. Estamos en momentos de arreciar la marcha, de apartar al que dude y defender la revolución con inteligencia y compromiso.
Por ello el llamado es para que juntos desmontemos el Estado colonial burgués y su descomposición estructural, para dar paso a la organización revolucionaria. Tal como lo expresó el camarada Luís Britto García: "No hay revolución sin partido, no hay partido revolucionario sin ideología revolucionaria, no hay partido revolucionario sin revolucionarios, no hay revolucionarios sin comprensión de los métodos contrarrevolucionarios, no hay revolución sin ofensiva revolucionaria, no hay revolución sin aprendizaje de los errores". (Diario VEA, diciembre 9 de 2007). Ya basta del pragmatismo ramplón con el cual muchos burócratas devenidos en dirigentes de masa juegan a la política para satisfacer sus aspiraciones personales por encima de la esperanza colectiva. Es la hora de la revolución y de los revolucionarios. Patria, Socialismo o Muerte, Venceremos.
(*) Dr. Profesor Investigador de Políticas Públicas y Desarrollo Económico
Decanato de Postgrado UNERG
Analista Internacional
angeltortolero@gmail.com