Las calles del país han estado sumidas en una inusual calma en estos días de junio. Cualquier desprevenido podría pensar que esta será la tónica en los meses por venir mientras se desarrolla la campaña en función de las elecciones de gobernadores, alcaldes y legisladores regionales y que, en consecuencia, estaríamos entrando en una nueva fase, de estabilización institucional, en la que la oposición asumiría el rol que le corresponde en un régimen democrático liberal haciéndole contrapeso y control a la acción del gobierno constitucional. Pero no, esta dicha no es posible, sencillamente, porque nos encontramos en una etapa de transición revolucionaria, de construcción de una nueva sociedad, en la que los intereses económicos, políticos, culturales y sistémicos que representan quienes ejercen la acción opositora están siendo irremediablemente demolidos; intereses, en los que se encuentran, naturalmente, las apetencias de perpetuación de la dominación estadounidense. Por tanto, tal cual como nos lo enseña la historia, la derecha opositora nunca cesará en su empeño desestabilizador a fin de derrocar al gobierno que la adversa.
De tal manera que hay que rastrear esta aparente tranquilidad de la derecha para ubicar por donde suenan los tiros opositores que, a decir verdad, en una coyuntura como la venezolana, nunca dejan de sonar aun cuando algunas veces no los escuchemos.
Lo cierto es que, a nivel mediático, tiene un carácter permanente la campaña manipuladora que desarrollan las agencias transnacionales con el propósito de aislar al gobierno bolivariano y de desprestigiar al Comandante P residente Hugo Chávez Frías en el marco internacional; vano esfuerzo que cada vez menos llega a concretarse debido al alto grado de deterioro en que esta sumergida la política imperial estadounidense que requiere con urgencia la acción de un apaga fuegos como Barak Obama para poder restablecer la resquebrajada imagen norteamericana.
En el marco interno, si bien, han estado adormecidas las acciones de calle, ( los estudiantes de los colegios privados y de las universidades controladas por la burguesía, constituidos en el nuevo ariete movilizador, están ocupados en exámenes finales aprestándose, además, para unas “sacrificadas” vacaciones), los movimientos desestabilizadores han sido dirigidos hacia los barrios, trasladando la violencia indiscriminada, con el signo del paramilitarismo, hacia los sectores populares, intentando involucrar a choferes del transporte público, con miras a crear un ambiente de incertidumbre, de impotencia, de inseguridad colectiva que se traduzca en un sentimiento de ingobernabilidad. El sello de la CIA en este plan macabro esta presente con su huella criminal. No pudieron alebrestar a los buhoneros ahora lo intentan con los choferes y con otros sectores populares, a quienes también tratan de soliviantar con el supuesto desabastecimiento de productos de la cesta básica. La respuesta del gobierno y del pueblo bolivariano no se ha hecho esperar desestimulando la tramoya desestabilizadora.
Mientras, la oposición derechista se apresta a organizar una movilización de calle teniendo como motivación las inhabilitaciones que ha señalado la Contraloría General de la Republica para algunos ciudadanos con actuaciones fraudulentas en la administración de fondos públicos. Apelan a una supuesta inconstitucionalidad de tal medida que les impide optar a cargos de elección popular. En ningún caso los defensores de estos ciudadanos esgrimen la inocencia de los mismos en los hechos sancionados por la institución contralora, fundamentan la defensa en la incongruencia de la sanción con el texto constitucional. Una vez más la Constitución que ayer rechazaron y desconocieron, ahora les sirve de escudo. Mayor incongruencia que esta no puede haber. La farsa les transpira por los poros.
No hay dudas, estamos frente a un nuevo preámbulo subversivo ante el que se requiere la respuesta contundente del gobierno y del pueblo bolivariano y, por supuesto, de los medios alternativos y comunitarios y del MoMAC, siempre presto a la confrontación mediática por la defensa del proceso revolucionario bolivariano.
P.D.: A buena “broma”la que nos hicieron el fin de semana pasada. Resulta que en la edición del domingo 22 de junio del semanario “La Razón”, en la columna “Carrusel Político” con la firma de Luis Felipe Colina, apareció una nota en la que se lamentaba mi partida definitiva hacia el viaje sin retorno. Entiendo que todo fue producto de un mal entendido, así me lo hizo saber, al día siguiente, en llamada telefónica que me hiciera la directora de “La Razón”, Alejandra Hurtado. Explicación que acepté porque realmente considero que a este incidente no hay que darle mayor trascendencia aunque algunos familiares se encontraron con la tremenda sorpresa de recibir pésame por mi fallecimiento. Como señalé en declaraciones para Aporrea.Org, ese mísmo día 22 de junio, lo cierto es “como dice la canción, no estaba muerto estaba… trabajando en función de la democratización de la comunicación y por el fortalecimiento del Movimiento Social de los Medios Alternativos y Comunitarios MoMAC”.
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