Me preocupa enormemente las declaraciones del Cardenal Urosa, Arzobispo de Caracas, quien una vez más insulta la inteligencia del pueblo bolivariano. Insiste el cardenal en atacar a la revolución bolivariana y a su máximo líder el presidente Hugo Chávez, insiste en atacar al socialismo bolivariano, única vía para lograr la justicia social, al intentar manipular el objetivo de la enmienda constitucional, la cual constituye una propuesta que le da mas poder de decisión al pueblo para que sea este quien decida si desea que el Presidente pueda postularse nuevamente como candidato y eventualmente ganar la reelección. Todo ello para mantener los privilegios que le garantizaba la cuarta República, la cual mantenía al perverso sistema capitalista.
Señor Cardenal, mientras Venezuela se mantenga bajo un régimen anticristiano como es el capitalismo es imposible que se pueda aplicar la democracia, y mucho menos se podrá aplicar un sistema plural y participativo. El único camino posible para lograr el pluralismo que usted pregona es el socialismo, el único que existe, el único que permite en su esencia la construcción de una sociedad de iguales, el que esta propuesto en la Reforma Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela.
Hoy sabemos, porque lo experimentamos diariamente, que el capitalismo es sinónimo de MUERTE porque el capitalismo tal y como se diseñó es perverso, es individualista, es depredador, no es humanista. Por eso sostengo que la alternativa para salvar el planeta, para salvar la VIDA del planeta es el Socialismo. De allí la frase famosa: PATRIA, SOCIALISMO Ó la opción que ofrece el capitalismo, la MUERTE del planeta.
Resulta entonces imperativo romper mas temprano que tarde con el capitalismo y lograr la sociedad justa, la sociedad de iguales que nos ofrece la verdadera práctica cristiana, que nos ofrece el socialismo, única vía repito, no hay otra, para aplicar la verdadera democracia.
El socialismo es el proyecto histórico de una nueva sociedad, basada en valores de igualdad, solidaridad, colectivismo, altruismo revolucionario, libre discusión y participación popular, todos conceptos ya plasmados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela vigente y llevados a la práctica paso a paso en la construcción del Socialismo del Siglo XXI liderado por el Presidente Chávez, mediante la formulación y ejecución de políticas públicas de profundo contenido social, las cuales están a la vista en Venezuela.
Por otra parte, es indudable que los ideales de justicia y de fraternidad plasmadas en la doctrina socialista, proceden de Jesús. Él ha sido y ES un revolucionario abnegado y profundo. Y toda secta o doctrina, como la capitalista, que autorice a esclavizar al hombre, despojándole de su dignidad, de su soberanía, o envenenando su alma con el odio, como lo hace el fascismo, es una doctrina anticristiana.
Permítame refrescarle enseñanzas pasadas señor cardenal, las cuales parece ser que ya olvidó, el Cristianismo es la doctrina más profunda y revolucionaria que existe, cuando realmente es asumida en su esencia. Si no asumimos el cristianismo como seres sociales, como comunidades, como movimientos sociales, como campesinos, como urbanos, no se es realmente cristiano. El cristianismo verdadero tiene que ser revolucionario y por lo tanto debe construir el socialismo en su ámbito de acción. El cristianismo que no defiende la vida, no defiende la cultura, a los pobres, principalmente los más empobrecidos, no es cristianismo.
“¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán! (...) Pero, ¡Ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas!” (Lucas 6, 20-25).
Los pequeños artesanos, campesinos y habitantes pobres de Jerusalén fueron los primeros entre quienes las palabras de Jesús encontraron eco, los primeros cristianos que practicaban un sistema comunitario de bienes. La crítica a la riqueza exagerada fue uno de los pilares del cristianismo primitivo.
La Biblia, en el Nuevo Testamento, libro 'Hechos de los Apóstoles', capítulo segundo, versículo 44 y 45, nos da luces acerca de la forma como vivían los cristianos verdaderos: 'Todos los que creían vivían unidos, teniendo sus bienes en común, pues vendían sus posesiones y haciendas y las distribuían entre todos, según la necesidad de cada uno'.
Y del capítulo cuarto, versículos 32, 33 y 35, extraemos el siguiente texto: 'La muchedumbre de los que habían creído tenía un solo corazón y un alma sola, y ninguno tenía por propia cosa alguna, antes todo lo tenían por común... No había entre ellos indigentes, pues cuantos eran dueños de haciendas o casas las vendían y llevaban el precio de lo vendido, y lo depositaban a los pies de los apóstoles, y a cada uno se le repartía según su necesidad'.
Estos versículos bíblicos demuestran que los cristianos vivían como hermanos, sin apoderarse ni acaparar los bienes y la riqueza para matar de hambre a sus hermanos, como lo han hecho históricamente la oligarquía mundial y también lo hicieron hoy en Venezuela para amedrentar a la población antes del voto de la Reforma. Estos textos demuestran, además, que quienes están en contra de las transformaciones sociales que promueven instaurar patrias fraternales, están del lado de los poderosos y no con los pobres a los que amó Jesús. Si Jesús resucita nuevamente se colocaría junto a los que padecen hambre y sed de justicia, junto al socialismo verdadero.
Por favor Señor Urosa, reflexione, ordene sus ideas, hable mas con Jesús y no tanto con los poderosos de la Tierra y de Venezuela.
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