No creo que el pueblo venezolano fue sorprendido en su inmensa fé en Dios con la Carta Patoral 2009 de los señores obispos venezolanos (obispo en Griego significa "vigilante") quienes desde hace ya algunos años se han convertido, no al evangelio, sino en voceros de una oposición recalcitrante-golpìsta abandonando inmisiricordemente su función fundamental cual es ser guías o pastores que conducen a sus ovejas (sus fieles, el pueblo) hacia horizontes seguros, alegres, paradisíacos. Traicionando lo mas sagrado (su episcopado), estos "mensajeros del desastre" no hacen sino repetir como loritos un guión establecido en Puerto Rico, adornando su discurso con alusiones biblícas descontextualizadas y aliñando literariamente los párrafos, tratando de desviar el "corazón bueno" del venezolano hacia el odio, la traición, la sospecha, la rabia, la desilusión, la mentira, el desamor. Si solo estos señores recordaran lo establecido en la Primera Epístola a Timoteo que compromete a los obispos a obrar bien, con palabra fiel: "Si alguno anhela obispado, buena obra desea" Ahora, diganme ustedes queridos lectores ¿ Dónde, en cual párrafo, en cuál línea, estos ángeles diabólicos desean "buena obra" para sus ovejas, para sus fieles, para su pueblo? Ni siquiera en el párrafo 1, donde dicen que ellos son los "sucesores de los Apóstoles de Jesucristo" y establecen como su misión específica "llevarle la presencia del Señor resucitado y su evangelio, y compartir con todos, los dones de la salvación" ¡Por Dios! Eso tan enredado se resume en una sola frase: ¡LLEVAR AMOR! ¡Que contradictorios! ¡Llevan odio, intolerancia! Se les ve en los ojos, en los gestos, en el "rictus", en el tono de voz utilizado. Les invito a leer esa carta pastoral y les invito a constatar que lo que estos perpétuos lobos del evangelio han hecho, es literalmente "sembrar de minas" (de las que explotan), de 25 minas, el camino del 2009 del venezolano. Y ustedes saben que hay minas personales, esas que explotan y te dejan sin un pié, sin una pierna, pero con un corazón para luchar, para amar, para dar amor. Pero las minas que están sembrando estos embajadores de Dios (¡con estos embajadores, ni a misa!) en la tierra son de esas, desconocidas para nosotros, que "rompen el corazón" y explotan el alma.
Es necesario que un obispo sea "irreprochable, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar" (Primera epístola a Timoteo, Capítulo 3), que no sea amigo de las peleas, que sea honesto, que no sea codicioso de ganancias deshonestas, que sea amable, apacible, no avaro. Un obispo tiene que ser tolerante, tiene que tener buen testimonio de los de afuera para evitar caer en DESCRÉDITO (que es precisamente lo que han hecho) e irse derechito a los confines del infierno, "en lazo del diablo" (Primera a Timoteo); un obispo NO PUEDE ser un neófito, porque si lo es, se sobreestima, se envanece, y..... también se va derechito a "la condenación del Diablo" (Primera a Timoteo). Mire, amigo compatriota, señor o señora disociados, amigos todos, póngase la toga y evalúe a estos obispos con esos items adjetivados y verá que todos (porque todos suscribieron el escrito. Unos con su silencio y otros con sus miradas) están raspaos; todos van derechito para la misión AMOR.
Miren lo que estos señores escriben como sumisión,
"Promover en todo el pueblo de Dios una nueva evangelización,
desde una confesión de fe profunda en la persona y el mensaje de Jesucristo y desde una opción preferencial por los pobres, para que con el testimonio de la vida y la palabra de los cristianos, todos los hombres y mujeres de Venezuela, experimenten el amor salvador trinitario y sean promotores de la dignidad de sus hermanos, fermento de una nueva sociedad, una cultura cristiana y constructores del reino de Dios en nuestra patria"
y que lejos se ven con sus actuaciones! ¡Que contradictorios! Mercenarios del Evangelio de Dios. ¡Lobos disfrazados de pastores que llevan a sus ovejas al despeñadero! ¡Traicioneros de su misión! ¿Ángeles o Demonios?
¡Patria, Socialismo o Muerte! ¡Venceremos!
¡Hasta la victoria siempre!
¿La enmienda? ¡VA, VA, y VA!
Profesor Universitario.
IUTE, Ejido. Mérida.