“Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar”
Nelson Mandela….
La brujería es la asociación de si mismo con poderes sobre naturales para fines destructivos y antisociales. También se le llama o se le conoce como magia negra. Fin de la cita. La magia, Manuel Delgado Ruiz.
Según el escritor español Julio Caro Baroja un estudioso del tema de la brujería escribió: “Que se podrían encontrar grandes semejanzas entre las antiguas creencias sobre las brujas y los políticos modernos de hoy, sea cual sea su identificación posturas ideológicas, y el poder con su legitimidad de origen. Tanto a unos como a otros se le atribuían o se le atribuyen facultades sensoriales muy superiores a las que en realidad tienen, son buscados o solicitados sus servicios en momentos de desilusión, desencuentros y desesperación, defraudando de un modo simétrico a los males de la sociedad que se le atribuyen o achacan en bloque.
Como es de suponer el escritor en sus criticas literarias no hace distinción del genero, porque a su entender, no se pueden hacer comentarios por motivaciones sexistas, diría en su obra: “Que si existiese la pena de la hoguera en muchos países, los políticos serian los más indicados a pasar por ella, en la misma medida que las brujas fueran acusadas de embarcadoras y embusteras”.
Para no merecer tal castigo, de ser calentados en la paila, la clase política por semántica, tienen que ser de hecho servidores públicos y no al revés, sirviéndose de la gente y del poder como forma de vida y lucro personal. La grandeza y el liderazgo de un político están sujetos a la medida en que sirvan a la población para mejorar su calidad de vida, ofreciendo sus gestiones con claridad, ejemplo y eficacia administrativa estando siempre por arriba de ataduras de camarillas.
Mientras en Venezuela se anuncian los coletazos de la crisis global que se avecina con la reducción y reacomodo del gasto publico. Muchos políticos en cargos de gobierno, dilapidan el dinero de los contribuyentes en la ostentación balurda, en la falsa eficiencia social y la demagogia barata.
Hay que empezar a aplicar en toda la administración pública nacional la tesis del buen gobierno como lo sugiere el Presidente Hugo Chávez, pero eso si de una manera ejemplarizante con la única finalidad de llevar a puerto seguro la Revolución Bolivariana en la consolidación del Proyecto Nacional Simón Bolívar. Lo cual será evaluado por el pueblo en los próximos comicios electorales que faltan hasta el 2012. Incorporando en esas venideras gestiones valores éticos de obligatorio cumplimiento, y que respondan a las urgentes exigencias del pueblo venezolano, cansado de tanta corrupción e indolencia en el manejo de los dineros públicos.
La actual situación que se le presentara al país debido a la coyuntura económica mundial. Todos los funcionarios del poder público de cualquier nivel, deben de poner su máximo empeño en administrar con principios de integridad, dedicación, ejemplaridad y austeridad. Cuando las cuentas públicas y los ingresos del Estado están cayendo, y el gasto público tiende a incrementarse y los saldos de los entes públicos centralizados y descentralizados son caóticos en cuanto a la inversión se refiere.
Si la actual clase política en el poder –Oficialistas y oposición regional- no tienen la suficiente percepción en sus comportamientos como administradores de los bienes públicos con ética, moderación y alta credibilidad, no es de extrañar como en la antigüedad, que abundaban las solicitudes de ser calentados en la hoguera, en condiciones similares como las que se le aplicaban a la brujas en las creencias de la época.
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