Primera pendejada de un servil sin formación ni principios es cambiar su nacionalidad cuando hay un puñado de dólares de por medio –si es el caso- y, más la venezolana que es el orgullo sagrado que le debemos a la epopeya de la misión cumplida de nuestros libertadores que salpicaron con su sangre los campos convertidos en batalla para la fertilidad de nuestra libertad, para gozar de principios, deberes y derechos dentro de la actual Constitución y, además le ofrecemos al mundo nuestra lealtad y la dignidad de ser un pueblo libre. Dispuestos a colaborar y cooperar en todo lo que haga posible el bienestar de la humanidad. Acá no se juega a la complacencia de clases, se lucha, se estudia se trabaja y cada quien desarrolla sus potencialidades: física y mentalmente y, de su alma en función de sus ideas que beneficien la convivencia en general y, en particular la de su benefactores, incluyendo la de la Nación como pilar fundamental en la alianza revolucionaria Pueblo-Gobierno.
Eso no lo entendió Guillén allá en EEUU como lapidario brutal, ni lo entenderá, porque, sus neuronas no dan para tanto y disfrazado de ilusiones de magnate se burló de la idiosincrasia de su pueblo natal, de donde salió como un mismo pobre diablo, para atornillarse con su ira al sentimiento despectivo yanqui que le impide conocer a fondo las palabras vaciadas en un programa de televisión por el actor y director estadounidense Sean Penn, para salir de inmediato a tildarlo de “payaso” y de “izquierdista estúpido” por el sólo hecho de que aquél defendió al presidente Chávez en ese programa. Sobró y bastó para que el grande liga del ayer y actual mánager de los Medias Blancas, se enfadara a través de Twitter contra el actor que es un verdadero yanqui de raíz.
Esperemos que recoja sus frutos pronto y que el “Hall of Fame” de béisbol no lo haga esperar por su mediocridad infantil de meterse a opinar como un recoge bolas cualquiera en el campo de la “dignidad”, cosa extraña en él y, que le queda grande de acuerdo a su forma de actuar y, dirigir como líder beisbolero, así como se le ve y se le oye por televisión, feliz de estar cobijado de dólares, los que traicionan y los convierte en espíritus débiles, por su baja formación ciudadana y de reacia educación de principios. Verdaderos mediocres en el juego de las confrontaciones de ideas. Allí está su bastardía implícita, pobre de él sin un bate y una pelota.
Qué le ha dado Oswaldo Guillén a Venezuela como filósofo de tres bases y un plato. Nada, absolutamente nada, porque, su virginidad de ciudadanía la perdió cuando se acogió a la de ellos como un latino más en el infierno de los poderosos y, campamento de la infeliz desbandada de los pobres que buscan a ese país como su Paraíso terrenal de sus sueños adormecidos. Él algún día será condecorado como vulgar apátrida y, sus hijos saldrán como marines del imperio a disparar con sus fusiles a los pueblos que buscan su liberación y, a destrozar y destruir esperanzas con sus guerras contra el mundo civil
No hace mucho que en Margarita se celebró los juegos de la “Serie del Caribe” –todo un éxito para sus patrocinadores que le fue tan bien en lo económico (no a los margariteños en general) que el director de UN, ya salió pidiendo para Margarita la sede permanente, lo que no molesta a Morel Rodríguez como gobernador de Nueva Esparta, ya que la Asamblea del estado, siendo su hijo Morelito, su presidente, le dio un cerro de millones de bolívares, para que arreglara todo lo concerniente a la logística de ese evento y, muerto de la risa Morel y sus mafias se pusieron, para lo que hizo, en más “dignidad administrativa buchona” que aumentó vertiginosamente su poderío adquisitivo de sus cuentas sin mucha alharaca publicitaria. Y, lo que no se hizo quedó a la vista de todo público en nada. Qué tendrá que decir La Contraloría de la República, será que se quedaron viendo como se iba de jonrón a lo Guillén sin Morel correr las bases y sin pisar el plato.
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