Parece ser que los manuales de enseñanza que ha puesto en práctica esta bola de sebo de la jungla de Tarzán dentro de la comprensión del derecho constitucional en institutos educativos y en la vida real fueron extraídos de la enciclopedia del insigne faculto Luis Miquelena y, no es nada fácil desarrollar tan escabrosas teorías que le paran los pelos al más puritano de la pandilla de leguleyos que han vivido “alquilados” dentro de la judicatura venezolana.
Este seudo-juglar, ataviado de Judas, siempre aprovecha los medios de la derecha. para salpicar con sus volutas lacónicas de distracción: la salida de Chávez y, no haya escaramuza que le permita deshilvanar sus afrentas jurídicas dentro y fuera de la Constitución y, desde el mismo momento que el comandante presidente lo enfrentó y lo dejó en ridículo para que se pusiera a recoger las firmas que hiciera posible llevar adelante el referendo para cambiar dentro de la bicha el nombre de República Bolivariana de Venezuela, ha quedado de molleja hambrienta y de cheque sin fondo en todos los escenarios que vocifera sus argucias del reacomodo y, como buen alumno del guapetón de Miquelena más de las veces lo que da es lástima alucinógena con escalofrío de currutaco SXX, que fastidia al más endeble de los pensadores de otrora.
Este desaguisado de la política advenediza que hace las veces de sacristán deslenguado, encarna la afrenta seria del entorno en que se mueve y, más de uno se aparta para que rumie en el micrófono de la sordidez que embarra el pantano de los que viven soñando con golpes de estado a la par de Oswaldo Álvarez Paz, que les dé el bastón de la complacencia y la complicidad en que los bastardos de la convivencia inmoral mueren afónicos como plañideros corruptibles.
Hernán Escarrá sostiene que Chávez debe salir del poder, pero, quien carajo le ha dado a él esa misión a trote y moche de pulsar ese infundio sin el permiso del pueblo que al contrario, por mayoría popular lo aclama y lo mantiene en Miraflores con devoción, después de tantas elecciones que se pierden de vista y en todas han llevado palo limpio con una excepción de mierda a su favor bien criticable.
Ha transcurrido poco tiempo en que organismos de inteligencia del estado lo pusieron a sudar las miserias de sus inconformidades que lastran el pesar de su persona de conquistador sin destino, en que los orgasmos le brotaron por los ojos de su inconciencia. Lo que falta saber es, a quién llamó para que saliera en su defensa, porque detrás de él debe haber peces gordos en el tren de la ira en que está metido. Y como estamos en abril: qué de cosas no soñarán estos mal pensados.
Hace algún tiempo, desde que se plegó a la burda oposición de los escuálidos, este triturador de gustos insípidos le anda buscando broncas a la justicia y a Chávez.
Pero, así actúan estos perros rabiosos, retorcidos de sabiduría emocional con síndrome eclíptico dentro del paganismo excéntrico que les muerde sus flaquezas.
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