“El malojo se asomó del surco y, con una sonrisa verde tierno, saludó el radiante sol que empezaba a señalarle el camino para crecer y llenar de espigas y mazorcas al terreno que sacrificadamente ha limpiado el agricultor, aprovechando la lluvia que alegremente vino y repartió besos de fertilidad”.
Esta impresión la tuvo el periodista Pedro Cuartilla, al observar un conuco cerca de su casa y observó las carreras de plántulas de maíz que un vecino sembró y le pareció un espectáculo que lo emocionó por tener un tiempo sin verlo, porque los azotes del látigo de la sequía, no hacían posible que los pocos campesinos de su pueblo de Tacarigua, volvieran a encontrarse con la tierra y cultivarla.
También por la referida belleza, en el cine de su mente, empezó a rodar la película de su niñez y empezó a observar los grandes sembradíos que los viejos de otrora tenían en el lugar y hasta competían para ver quién sembraba más y quién producía el mejor maíz para las cachapas, las arepas y los bollos. Porque el maíz jugó un papel fundamental en La Tacarigua de Margarita, pues no sólo servía para alimentación humana, sino para los cochinos, las aves de corral y de las vacas, que se comían tanto el malojo verde como el seco que se guardaba en el caney, a diferencia del maíz que se almacenaba en una troja muy cerca de la cocina para que el humo lo protegiera de los gorgojos.
El periodista hasta recordó sus clases de Castellano y Literatura en bachillerato, cuando el profesor leía estrofas del poema “Silva a la agricultura de la zona tórrida”, de Andrés Bello, y sobre todo lo siguiente: ¡Oh jóvenes naciones, que ceñida/ alzáis sobre el atónito occidente/ de tempranos laureles la cabeza!/ Honrad el campo, honrad la simple vida /del labrador, y su frugal llaneza. /Así tendrán en vos perpetuamente / la libertad morada y freno la ambición, y la ley templo/… “Un canto hermoso e inefable a la agricultura y al hombre del campo, indiscutiblemente”, se dijo.
Más tarde sintonizó su emisora predilecta Mundial Margarita (1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve), y escuchó la canción El Campesino Tacarigüero, de Simón Guerra, y se recordó de la frase del filósofo uruguayo José “Pepe” Mujica: “Venezuela necesita regresar a la tierra”.