Es que Chávez es un maluco, hacerles esto después del monumental y meticuloso esfuerzo de Escarlatina y asociados: ocuparon cuantos espacios del poder pudieron, y mira que pudieron mucho, torearon con destreza a las tres primeras erres y cuando regresaron al cuadrado, las disolvieron en la urgencia de los torrenciales aguaceros, y ya, borrachos de poder, convencidos de que Chávez es pendejo, se les estrella en la cara la horrenda posibilidad de un Polo Patriótico con miles de indomables movimientos sociales.
Prestos, recurren a la sobada banderita de la unidad, que más que una bandera parece un dedo acusador o una amenaza. Como es costumbre, contradicen a mi Presi tratando de confundir a un pueblo que poco se confunde ya. Los más osados pretenden decirnos que los movimientos sociales deben, o surgir del partido o someterse al mismo, ignorando así su esencia, desconociendo que éstos no son más que las organizaciones libres del pueblo, que solo obedecen a los intereses y necesidades de quienes las conforman, que son independientes, y que apoyarán al partido -¡Oh, mi aterrada Escarlatina!- en la medida en que éste apoye al pueblo.
Que “con Chávez todo y sin Chávez nada”, patalean conscientes de su propia insignificancia; como si el pueblo alguna vez le hubiese fallado a Chávez; como si no votamos por él, POR ÉL, cada vez que Chávez estuvo en juego; como si no supieran que el pueblo es chavista, profundamente chavista; que la mayoría de nosotros no entendemos -con el perdón de los expertos marxistas- una revolución sin nuestro líder, y s por eso que ellos se disfrazan en vano de juramento en el Samán de Güere, de 13 de abril y de “Sí, mi comandante presidente”, subestimando a un pueblo que no admite más chantajes.
Es hora de ponernos en movimiento, de asumir nuestra responsabilidad y organizarnos para defender los logros de la revolución, no sólo de los opositores, sino de nuestras propias Escarlatinas y su club de depredadores. Necesitamos hacer comités bien embraguetaos para cada una de nuestras instituciones: Hijos unidos exigiendo el buen funcionamiento del IVSS para nuestros viejos, muchas madres velando por el Programa de Alimentación Escolar, muchas voces exigiendo eficiencia. Muchos movimientos haciendo la revolución.
¿Y el partido? Pues, que se ponga a la altura del pueblo y hablamos.