Así como el Estado está perfectamente capacitado y facultado para regular el flujo dinerario burgués y su convertibilidad abierta, asimismo pudiera regular la proliferación de empresas de corte capitalista.
La libre convertibilidad internacional del dinero ha viabilizado su conversión en capital universal[1], así como las religiones suelen expandirse a través de naciones enteras sin pedirle permiso a nadie, salvo a los corazones ansiosos de protección material y espiritual.
El capitalismo creció a punta de halagüeñas ofertas incumplidas como la del pleno empleo de mano de obra campesina y artesanal, de recursos naturales ociosos o subutilizados. Sin embargo, luego de su instalación mundial, de un tiempo para acá, necesita de esos mismos recursos a precios de gallina flaca y de una parte cada vez más pequeña de la mano obra con paga miserable. Y mire que lo vive logrando, pero, aun así el capitalismo sigue con su sed insaciable de más recursos, y más mano de obra sumisa y servil.
Es por eso que la República Bolivariana de Venezuela confronta una lucha mundial contra las relaciones burguesas que imperan aquí y acullá, contra los ricos de acá y de allá... nos enfrentamos a los apátridas de todas partes.
Por eso urge la unión mundial del proletario por la que los gigantes de las ciencias sociales, Marx y Engels, abogaron y siguen haciéndolo. Con los proletarios unidos del mundo, en una especie de megasindicato internacional de obreros y obreras, bastaría una simple huelga simultánea ante el primer aviso de abusos de un país imperial sobre países débiles, con eso bastaría para doblegar hasta el más poderosos ejército empresarial y llamarlo a capítulo, y “sin tirar un palo”. Porque ya está bueno de que las medidas antipopulares que toman las empresas burguesas lo hagan sin consultar a sus respectivos trabajadores.
[1] Así como el Estado está perfectamente capacitado y facultado para regular el flujo dinerario burgués y su convertibilidad abierta, asimismo pudiera regular la proliferación de empresas de corte capitalista.