La saturación de acontecimientos dentro de una sociedad delinea sus puntos de inflexión históricos, los cuales hacen que sus principales actores promuevan estrategias en procura de detentar el poder político, pugna con la cual se corre el riesgo de debilitar el entramado social o revitalizarlo. Y esa es la encrucijada que atraviesa nuestra Patria, donde emergen discursos, acciones y personajes que dan cuenta de la dialéctica instaurada.
Por un lado, el actor oponente al proyecto bolivariano sigue construyendo su metáfora afanoso por crear el caos como preludio a una hecatombe social, por lo que endosa al gobierno la total responsabilidad de la situación que vivimos, sin referir, por ejemplo, los miles de millones de dólares que perdió la República en el paro petrolero, y que a pesar de ello, FEDECAMARAS siguió con prerrogativa durante más de una década obteniendo los dólares preferenciales con los que importaban chatarras, en lugar de medicinas y alimentos que el pueblo necesitaba. Sin referenciar la enorme deuda social que dejó la era cuarta republicana…Y pare de contar.
Y en esa metáfora donde el oponente se exculpa y desconoce su pasado, aparecen los líderes salvadores y mártires, que por cierto, uno de ellos, actual gobernador, fue el presidente de la Cámara de Diputados en el extinto Congreso Nacional. Pero hoy se pintan impolutos y casi de izquierda… Que es parte de la metáfora.
Desde esta acera, viviendo el asecho político desestabilizador, interno, internacional y el contrarrevolucionario institucionalizado, un proyecto ha estado en pié. Redimensionándose, oxigenándose en el tránsito de tres lustros. Ganando como ningún otro proyecto político en el mundo en tan poco tiempo, casi una veintena de elecciones populares; creando el estamento jurídicos para desaparecer cualquier tipo de exclusión social y generando los mecanismos de participación popular. Pero todo ello no ha bastado.
En la actual encrucijada, en el estado Zulia se recompone el plantel que opta por la revolución a detentar los curules en la Asamblea Nacional. Recomposición que ofrece caras nuevas, que están allí por su compromiso con las bases, con el legado de Chávez y para contribuir a revitalizar cuanto antes la acción trasformadora del proyecto socialista que se ha vuelto endeble. Y allí está Omar Prieto. Postulación que sorprendió a muchos, pero allí están sus credenciales refrendadas por su constancia en el hacer.
Bien dijo Chávez, en aquel cierre de campaña memorable de 2008 en su recorrido en caravana por la Av. 15 de Sierra Maestra, que por San Francisco entraría la revolución al Zulia. Y el 23 de noviembre se consumó el triunfo, de allí en adelante, lo demás es historia, con aciertos, desaciertos y contradicciones, lo cual es natural en el devenir político de un proyecto en construcción…Pero avanzando.
Omar Prieto se convirtió en la principal carta nueva del chavismo en el Zulia. Y ningún camarada que tenga claro el propósito fundamental del proyecto bolivariano y que además haya detentado vocerías importantes en su momento por el Zulia dentro de la revolución, debe conferir siguiera un minúsculo de desdén a este novel liderazgo que trasciende ya lo regional.
Acompañándolo desde donde estemos, lo veremos por tanto, ser nombrado como el diputado número uno del Chavismo en el Zulia a altas horas del seis de diciembre, y por tal razón, verlo y reconocerlo como uno de los principales conciliadores políticos. Y más allá, en las contiendas ulteriores, en las que sabemos ya la oposición le ha buscado sus contendores "cuarto bates", cuestión que hay que visualizar sin prejuicios y trabajar en consecuencia.
Así que, lo que Omar Prieto tiene por delante, es un tremendo compromiso con el Zulia, con la revolución a escala nacional. Por lo cual debo repetir aquí, lo que le dije al saludarlo el día del simulacro, a propósito de decirme en cinco palabras la encomiable tarea que tenía por delante. Le dije: "Pa´lante Omar, Pa´lante…"
