Los que creen en la revolución, que están
identificados con su sentido incluyente, la solidaridad que le
caracteriza con los más desposeídos, con los discapacitados, con
acciones directas destinadas a que todos estudien, que los trabajadores
tengan preservados sus derechos sindicales, que todos tengan acceso a
los servicios de salud, la protección de sus ciudadanos de la tercera
edad, la atención a las niñas y niños y a las etnias, los primigenios
pobladores de nuestra tierra, deben dejarse de tonterías y hacer lo que
asociaciones estadounidenses, de Inglaterra y otros países han hecho
desde hace años: Utilizar el boicot como herramienta para protegerse.
Esto
significa, por ejemplo, que nadie debe comprar ningún artículo,
producto o servicio que sea anunciado en los diarios, radios y
televisoras que desatan una guerra diaria contra la revolución y que
ignoran en sus páginas y espacios los avances y logros de la revolución
bolivariana.
Pues, ante todo eso, la mejor arma es no comprar
nada de lo que anuncien y por supuesto no leer esos periódicos,
escuchar esas radios y televisoras chimbas.
¿Por qué voy a
atender una promoción publicitaria que hace una televisora, que se
dedica todo el tiempo a practicar la agresión contra el presidente que
hemos elegido democráticamente la mayoría de los venezolanos? Pues no,
lo mismo con las radios y los demás impresos. No compro nada de lo que
anuncien.
El 62% por ciento y hasta más que apoyamos al
Comandante Hugo Chávez, debemos adquirir nuestros bienes por otros
lado, de otras marcas, pero nada de ahorrar en algunos bancos que
anuncian con ellos, contratar los servicios que ellos anuncian ni los
dulces, ni los demás negocios que anuncian en ellos, ni atender esas
recomendaciones de que hay que viajar para tal sitio porque es más
bonito y tiene agua más calientita, o en tal posada puedo lanzarme en
parapentes de la colina que tiene más cerca, o se está vendiendo la
última crema antiarrugas, que la consigues en tal punto o vente para
acá para que disfrutes una noche agradable en tal lugar.
Las
ciudadanas y ciudadanos venezolanos y extranjeros que viven con
nosotros, deben dejar de ser pendejos y no atender las promociones que
hacen los medios informativos golpistas. Enfrentemos la guerra
mediática no comprándoles nada de lo que anuncian. Los que producen,
entonces, verán que van a hacer si siguen anunciando con ellos.
Particularmente, ni leo esos diarios, ni radios ni televisoras y cuando
estoy en casa, tengo el control en la mano porque no me calo propaganda
alguna. ¡Asumamos el control! ¡Diversifiquemos nuestras compras y
nuestras lecturas!