Nueva Esparta siendo un sitio turístico por excelencia pareciera dejada a su suerte y en estado de abandono por quienes tienen el deber de hacer de esta hermosa Perla del Caribe una región pujante y de progreso.
Haciendo un breve pero minucioso recorrido por la isla en la semana santa que acaba de concluir, pudimos observar muy poca presencia en las playas de efectivos policiales, miembros de protección civil y escasísimos salvavidas, incluso playas de mucha importancia donde solo estaba un viejecito que más puede ser su deseo de ayuda y colaboración que la fortaleza para rescatar a un ahogado, y no digan de un pote de basura debidamente acondicionado donde los visitantes pudiesen echar los desperdicios, los más decentes se llevan sus bolsas amarraditas hasta donde logren conseguir un sitio destinado para estos fines o incluso para su casa, pero la gran mayoría al no ver un pote de basura lanzan esta en las orillas de las playas y carreteras.
Por otra parte tenemos el abuso que cometen reiteradamente los amigos taxistas, no solo los denominados piratas, sino también las líneas registradas, cobrando lo que les daba la gana por un recorrido de cinco o diez minutos, la carrerita más barata era de sesenta bolívares por tres cuadras, ¿y donde están los organismos protectores de los ciudadanos?. A tales efectos se debe emprender una constante y ardua campaña publicitaria para que los afectados puedan colocar la denuncia inmediatamente y al llegar a una alcabala sean parados los taxistas especuladores y además de una buena multa se suspenda la licencia en primera instancia por tres meses, y sea amonestado y desincorporado de la línea a la que pertenezca por ese tiempo, en caso de reincidir una vez se aplique el doble de la sanción y a la tercera se suspenda indefinidamente.
Todos en la Isla debemos tener conciencia y ser contralores sociales en lo turístico, los consejos comunales y la gobernación con sus agentes policiales deben trabajar en forma conjunta para subsanar la deficiencia de funcionarios de seguridad, formando en cada playa al menos tres centros de operaciones equipados con los mínimos materiales de primeros auxilios y posiblemente una lancha o moto de agua para un rescate de emergencia. Este trabajo policial en las temporadas altas debe ser remunerado con un incentivo adicional y los comerciantes de la zona pueden colaborar con los almuerzos que estoy seguro lo harán complacidos. También se debe incorporar en este trabajo a los vendedores informales, debidamente censados y que aporten información oportuna sobre hechos extraños o conflictos que presencien, para poderlos atender con mayor rapidez.
En definitiva, se debe formar un consejo de seguridad y apoyo turístico integrado por todos los que hacen vida en cada sector y los que se benefician de él, no los burócratas y partidos políticos que solo buscan figuración, con el fin de realizar las tareas de organización, prevención de delitos y oferta de servicios turísticos de calidad.
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