Un poco de voluntad y contraloría social no caen mal

Como se destruye un CDI

Hoy fui a llevar a una compañera de trabajo con una afección cardiaca al CDI de Perro Seco en Ciudad Bolívar a que le tomaran la tensión arterial, ya que era muy buena la referencia que tenía y además era aparte del hospital Ruiz y Páez el centro de atención mas cercano que tenia de mi lugar de trabajo.

Al llegar encuentro que la entrada principal está cerrada no se por qué motivo y se entra actualmente por una puerta lateral que da a un cuarto que no sé exactamente que función cumplía anteriormente y el espectáculo no puede ser mas deprimente: en el mencionado cuarto, que tiene una especie de batea y que sólo sirve de pasillo no hay mas mobiliario que una camilla con una rueda torcida y recostada de la pared, al mejor estilo de los ambulatorios rurales de la cuarta.

Luego de entrar, llego a la recepción y sigue el deprimente espectáculo: un grupo de personas en unas sillas colocadas contra la puerta principal, cosa que indica que hace tiempo que no se abre y que presumo que un día simplemente dejó de funcionar y la solución fue colocar las sillas allí. Una chica muy amable en la recepción acompañada con un funcionario de la milicia bolivariana que “vigila” la tv. Me asombró ver como ha cambiado eso en solo un año. Las paredes que rechinan de sucio, ya no tienen la madera que alguien quitó, y la pintura desconchada que afea la entrada y todos los ambientes. Cuando indico que mi compañera tiene una afección cardiaca, me indican que pase al consultorio y allí entonces me consigo con una doctora que hace su mejor esfuerzo aliviando el calor con un ventilador ¿Qué pasó con la millonaria inversión en el aire acondicionado? Presumo que con la cagada de servicio eléctrico de la ciudad, en donde hay apagones y fluctuaciones de voltaje todos los días al menos 3 veces entre las 12 y media y 3 y media de la tarde le dio al sistema de aire acondicionado el mismo destino que al motor de la nevera de mi casa y a la tarjeta madre de la computadora de mi hijo.

El consultorio donde ésta muchacha de ojos soñadores y franca sonrisa, atiende con ese profesionalismo que solo un médico cubano sabe poner al frente, esta igual de sucio y deprimente que la entrada. Un medico Venezolano no se cala esa vaina y con razón. Entonces pregunto yo ¿de qué valió el esfuerzo del Comandante Chávez en parir los recursos para instalar los CDI si se van a dejar perder por detalles como este? ¿Cuesta mucho MANTENER la pintura y limpieza de las paredes? ¿Dónde fueron a parar las maderas de las paredes? ¿no es más fácil hacerle mantenimiento a una pared por vez?¿o es que alguien está jugando a dejar que se deteriore para luego hacer un jugoso contrato?  ¿el Gobernador sabe en qué estado se encuentra este CDI? ¿Dónde está la estructura social del PSUV? ¿Puede el partido organizar unas jornadas para el mantenimiento y rescate de los CDI? ¿Pueden los miembros de Frente Francisco de Miranda un día meterle una manito al CDI? ¿o eso es pedir mucho socialismo?

Mientras medito en todas estas cosas la doctora le realiza un electrocardiograma a mi amiga veo una cartelera con las foto de Chávez, de Fidel y el Ché. Al lado otra cartelera con algunos datos de población del municipio y nada más. Le paso por el lado al amigo de las milicias que ni bolas le para a mi presencia, recojo a mi amiga y la traslado al servicio de  cardiología del Hospital Ruiz y Paez. Mañana volveré a reparar la camilla, a ver que pasa….

(*) TSU.

xavuno@cantv.net



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Luis Xavier Rodriguez


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