Hace apenas unos días, Aporrea me publicó un artículo con el título “En Anzoátegui Tres PSUV por Municipio” http://www.aporrea.org/ideologia/a130457.html, en el cual analizaba la situación real y verdadera que estamos confrontando a consecuencia de una mal intencionada atomización del movimiento para preservar intereses personales y de grupo. En ese artículo concluía, que en cada municipio del estado se disponía del PSUV oficial, el PSUV-PDVSA y el PSUV-Alcaldes/Alcaldesas. Esto es totalmente contrario a lo que dice el libro rojo y las líneas estratégicas, pero es una realidad en el estado Anzoátegui. Las consecuencias de esta manera de fomentar la atomización, es la falta de cohesión y dispersión de esfuerzo y como gran consecuencia de este ejercicio medio vandálico de llevar la política, se tiene la grave derrota que sufrimos el 26 de septiembre. Esa derrota es hija de esta práctica.
Pero este asunto que raya en lo absurdo y es una dinámica que perturba un desarrollo político y armónico del proceso, colocando en peligros las más importantes alcaldías del estado, no es lo único insólito que podemos encontrar por esta tierra. Hay situaciones mucho peores que nos colocan frente a una descomposición de figuras que lamentablemente tienen una gran responsabilidad de conducción en importantes zonas.
Esto que seguidamente describo y que pudiera ser un acontecimiento sin mucha importancia y que efectivamente no la tiene para el PSUV, es un síntoma de la gran y grave enfermedad que confronta la humanidad del PSUV en el Municipio Bolívar que amenaza con colapsar. Es un hecho insólito que nos comunica de dos situaciones alarmantes y preocupantes, porque cuestionan la condición de nosotros los militantes revolucionarios en cuanto a los que pregonamos sobre la democracia participativa y protagónica. Tal como están las cosas, el protagonismo es una consigna vacía y cuesta decir esto.
Definitivamente, cada uno de nosotros –militantes y dirigentes- se impuso un autosecuestro, tiene miedo a la crítica y por su puesto nos colocamos un tapa boca.
Una primera situación, registra el lamentable e insólito hecho promovido por la Alcaldesa Inés Sifontes, que aún con un nivel de rechazo que ya está alcanzando el 84%, tuvo las agallas de cerrarle al equipo municipal todas las puertas de los locales que eran sede del PSUV en el Municipio para que no pudieran realizar en esas sedes sus regulares reuniones de trabajo. En ese artículo que le comentaba al principio, decía que este tolete o este otro PSUV era muy peligroso porque no aporta nada y su esfuerzo va a la destrucción y el crecimiento del desaliento. Esto aunque pueda parecer una mentira montada, es real y actualmente, según la información recogida con camaradas del Municipio; el Equipo municipal ha tenido que mudarse de sitio y reunirse en la Oficina privada del Camarada Ángel Rodríguez, porque para los locales que supuestamente eran del PSUV, no pasaran
La otra situación que tiene un tono más grave que la anterior, se reduce al complemento de este primer hecho. Se sucede la primera e insólita anormalidad, porque existe esta otra situación que le ofrece directa o indirectamente su acompañamiento. Es decir, el abuso de cerrarles todas las puertas a los miembros del equipo municipal y prohibirle el uso de locales que venían utilizando el PSUV, se produce porque existe otra enfermedad en el cuerpo del PSUV que hace que esta patología se manifiesta con tanta naturalidad y sin ningún tipo de problema. Inés Sifontes abusa del poder que tiene como Alcalde, porque el PSUV lo permite o es complaciente. Esta conducta –la de Inés Sifontes- es la misma que utilizó el Gago Pérez Fernández cuando quiso imponer la candidatura de su hermano.
Si este hecho no logra calificarse de extrema gravedad, y si el silencio no es el complemento de este abuso, entonces no tengo capacidad de entender nada. No he compartido la idea de involucrar a Chávez en estos asuntos aldeanos porque su función o responsabilidad es estar concentrado en puntos clave de conducción del gobierno y del Estado. Esa es su función o deberías ser su función. Su enfermedad tampoco le permite cargarlo con más problemas, pero frente a lo que sucede en muchas de las alcaldías “revolucionarías” de Anzoátegui, ante el silencio y falta de contraloría social, muy bueno sería que un día nos pusiéramos de acuerdo todos los que no compartimos estos hechos y twitearmos a una misma hora al Presidente con una única idea. Basta de estos malos Alcaldes y Alcaldesas en Anzoátegui porque están alimentando el desaliento. ¿Será Posible?
@ClaudioElcuaco
dominguezclauidio794@gmail.com