El problema ambiental en los últimos cincuenta años ha tenido un gran mentor: El Modelo Capitalista. La sociedad del consumir y botar, es muestra de la más atroz individualidad y desapego hacia nuestro entorno y medio ambiente. La doctrina imperial positivista, nos impuso que el ser humano era “superior” a todos los seres vivos y por ende debía dominar para acumular riquezas y poder; además de señalar al ser humano de culpable del peo ambiental, pero ¿quién origina los tentáculos de destrucción y contaminación? Al unísono: EL CAPITALISMO.
En Nueva Esparta la problemática se agrava, por eso mismo que predijo el filosofo del Zulia: “Margarita es una isla rodeada de agua”. El Modelo de Crecimiento en estas islas ha sido salvaje: construcción de hoteles y restaurantes sin respetar las costas, descarga de aguas negras a los manglares y playas, desforestación de zonas verdes para la construcción de apartamentos para el “veraneo”, destrucción de cerros, obstrucción de las cuencas hidrográficas, y ahora la acumulación de basura con el imperante del tema de debate de este humilde escrito: Las botellitas de cervecitas. Nada más que cuatro mil años le cuesta desintegrarse al vidrio y 100 años el plástico, así que los defensores y esclavos del sistema capitalista y los ultra religiosos dirían: “¿Bueno pero que importa?, A beber YA YA que el mundo se va a acabar…”
Pero ese no es el dilema, el dilema es que carajo vamos hacer con las botellitas de vidrio y envases plásticos de la Pepsi y la Coca Loca, perdón Cola. El libertinaje de las empresas, que sin respetar nada ni a nadie, sino sus ganancias, introduce al mercado cualquier porquería, que debemos como mansos corderos, comprarla para sentirnos parte del montón. Aquí la Empresa Polar, dijo “Si se Puede” y lanzó al mercado su Polarcita no retornable. Puso todas las carajas buenas del país, con provocativos trajes baños, con un mensaje a la clase obrera “Tu mejor Recompensa” “Tómame” y “Deséame”.
Anteriormente, si la gente quería comprarse su cervecita, compraba su vacio y lo cambiaba. Si se te perdía una, hasta tenias que pagarla. Esto igual que los refrescos de botellita. Al menos cuando se introdujo la lata de aluminio, se podía vender a las recuperadoras, y hasta se creó un sub oficio “Los recoge latas”, el denigrante “Perolito y Escarlata”
Ya es parte del paisaje de la isla, los montones de botellas en playas, avenidas y calles. Hace dos años la empresa Polar salió con otra campaña ocurrente: Margarita es tu casa, ¡cuídala!...(Risas y llanto)ahora según la Polar: La Culpa es de la vaca… Bueeeee, ellos degradarán al ambiente, se mataran en las carreteras familias, serán detonador de la violencia familiar, enfermaran a la población, pero apoyan al deporte y dan empleo… Ayyy Galeano, la isla al revés.
*Colectivo Comunicacional Revolucionario Ponte Pilas Oriente, Generación Libertaria.
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