Ya de todos es conocido que a nuestras islas Margarita y Coche así como entran turistas, también ingresa un malandraje de toda las calañas para completar el cuadro que hace vida en los territorios isleños y que no tiene horario ni fecha en el calendario a la hora de atracar y robar a propios y extraños. Sin embargo, no hay quien le ponga un freno a tal hampa desmedida y por el contrario, si los legisladores regionales buscan y aprueban una ley de seguridad ciudadana, el gobernador viene y la devuelve y aduce que es anticonstitucional. Total que estamos a merced de una delincuencia que nos lleva a tener la casa por cárcel.
Por lo anterior se deduce, entonces, que el turista anda y desanda por calles y sitios turísticos en esta tierra a la buena de Dios, pues no hay una política efectiva que garantice seguridad a los visitantes y eso es bastante grave y más aún en una isla como Margarita, que es la vitrina de Venezuela en lo que a turismo se refiere, no sólo en el ámbito nacional sino internacional. Por tanto no se entiende el porqué tanta indiferencia y desidia que deja a tantos inocentes expuestos a unos antisociales quienes transitan sin temor de que alguna autoridad competente les eche el guante y se les aplique las sanciones establecidas en las respectivas leyes.
Por eso la afluencia de turistas tiene que bajar y es lógico, pues ¿quién va a querer venir a una tierra donde impera la ley del Oeste americano? Ni por muy tonto que fuera el visitante para meterse en las garras del Tigre y más aún si éste es de los más fieros en esta selva que llamamos Nueva Esparta.
Por tal motivo llegó el momento y la hora de tomar las respectivas medidas. No hay tiempo que perder, de lo contrario, el Estado será tomado totalmente por el hampa y ésta acabara con él en poco caldo.
P.S.1. Gran caminata roja rojita en la Tacarigua de Margarita el próximo 1 de septiembre a las 9 am., con la participación del próximo gobernador: Carlos Mata Figueroa, la alcaldesa de Gómez, Yannelys Patiño y los escritores: Carola Chávez y Roberto Malaver. A correr la voz desde ahorita para seguir respirando la alegría, el amor y el entusiasmo que brota del Corazón de la Patria.
