Amigo Earle Herrera, Aristóbulo no es un musiu en Anzoátegui ni en ninguna otra parte en Venezuela. Disfrute mucho la lectura de su artículo. La sutileza de sus emplazamientos. La riqueza de su vocabulario y en particular sus recordatorios.
Los meritos de Aristóbulo, no están en discusión. No obstante, hay puntos de vistas divergentes. El mío en particular, tiene que ver con su estatus en la conducción de este proceso y su posibilidad de mantenerlo intacto después de una previsible derrota. Precisamente por su valía, me hubiese abstenido de postularlo. Pero lo apoyare!
En Anzoátegui no hay reproches para él. Todo lo contrario, bendiciones, gratitudes para quien asume responsabilidades mayores, desechando riesgos, en un territorio entregado por la propia revolución, mucho antes del revolcón de las parlamentarias 2010, y del desastre al alza, después de este. En cambio si los hay para usted y el PSUV
Aquel desastre, en el que usted fue el único rescatado por el voto lista, era la alerta del inminente naufragio del proceso en Anzoátegui. Nadie hizo nada para evitarlo. Ni usted, ni el PSUV, a quienes el termino corresponsabilidad no les agradara pero les asienta.
Amigo mío, la gente común aprendió a diferenciar entre las palabras y los hechos. No recuerdo a cuantos slogan hemos apelados para marcar el inicio de un nuevo ciclo de revisión antes de recurrir al de la AUTOCRITICA. La contraloría social, la R, las tres R, las no se que, en fin, nada ha cambiado. Tenemos, por fortuna, la bendición de tener el liderazgo de un hombre excepcional, con el espinazo capaz de aguantar, hasta ahora, todo el peso de la ineficiencia e incompetencia del Estado, en sus niveles críticos, el Estadal y el Municipal. Ahí es donde se ganan y se pierden las elecciones.
No podemos permitir que nuestros adversarios castiguen nuestra incompetencia con el voto. Es a nosotros a quien nos corresponde sancionarla. Y para eso tenemos el revocatorio!