Quizás no sea casualidad que a Francisco Ameliach, le haya tocado la histórica misión de acabar de una vez y para siempre con una de las plutocracias más godas, cínicas y corruptas que haya conocido el pueblo de Carabobo desde la época de la colonia. Una plutocracia rancia y conservadora como la de los Salas Romer, heredera de La Cosiata y enemiga del pueblo, que lleva más de 20 años enriqueciéndose con los dineros públicos, a través del chantaje, la mentira y la manipulación.
No será fácil para Ameliach luchar contra un desgobierno que ha convertido a Carabobo en el estado más anárquico, inseguro y atrasados del país, a pesar de tener una ubicación geográfica privilegiada, una gran zona industrial y haber manejado inmensos recursos económicos. Esta es una plutocracia decadente y vulgar, pero que maneja los hilos del poder judicial y que se mueve como pez en el agua en el submundo de la corrupción y la violencia organizada.
Aunque han perdido la capacidad de organización, movilización y liderazgo de otrora los Salas han logrado mantenerse en el poder gracias a que controlan, - billete mediante- a una hegemonía comunicacional, servil y ramplona, conformada por algunos periodistas y dueños de radios, periódicos y televisoras que reciben dádivas y prebendas que los “obliga” a mantener una línea editorial totalmente parcializada a favor de una gestión nefasta y autoritaria que a pesar de su incapacidad pretende seguir bostezando en Capitolio.
Es tanto el descaro que uno de los más enconados y furibundos críticos de la reelección indefinida fue preciosamente el gobernador Henrique Fernando Salas Feo, quien paradójicamente fue el primero que en plena campaña electoral de Capriles Radonski anunció a través de su tuiter que optaría por un nuevo período al frente del ejecutivo regional.
Este es quizás el más cínico de todos los gobernadores de la oposición, pues junto a su padre ha gobernado el estado por más de veinte años y aún así pretende tener moral para decir que Hugo Chávez, quien ha ganado todas las elecciones en las que ha participado, es un dictador.
Ahora mismo, durante la campaña electoral par el 16 de diciembre, Francisco Ameliach ha tenido que enfrentar a un candidato que tiene como aliados a casi todos los medios de comunicación de la región, comenzando por los dos principales periódicos, El Carabobeño y Notitarde, los dos únicos canales DAT Televisión y Nctv , además de por lo menos cincuenta emisoras de radio. Todo esto sin sumar a casi todos los medios nacionales e internacionales enemigos del proceso revolucionario.
De ganar las elecciones, Ameliach necesariamente tendrá que hacer un esfuerzo por diseñar una estrategia comunicacional que, entre otras cosas, le permita atenuar los terribles efectos de las operaciones psicológicas, el encubrimiento de la propaganda como noticia, la información dirigida , el ocultamiento de la realidad, y el uso del sensacionalismo y el amarillismo que son técnicas de alto impacto emocional utilizadas para generar confusión, desconfianza y zozobra en la población, como efectivamente lo han venido haciendo en Carabobo desde hace muchos años a través de palangristas y mercenarios de la comunicación que están de rodillas ante la arrogancia de los Salas.
No será suficiente una oficina de prensa bien estructurada, sino que será imprescindible armar toda una estrategia que no solo difunda la gestión revolucionaria, sino que sobre todo permita implementar una política comunicacional integral, de inteligencia, para proteger al pueblo de la manipulación y en la que necesariamente tendrán que ser integrados los medios alternativos, los consejos comunales y otras organizaciones del poder popular.
Ameliach seguramente a partir del 16 de diciembre tendrá la gran oportunidad de empezar a recuperar veinte años perdidos de engaño y corrupción, durante los cuales los carabobeños han vivido encadenados a una realidad virtual. Una Caverna de Platón inventada por los Salas y legitimada por el asombroso poder de los medios de comunicación.
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