Aristóbulo istúriz, logró imponerse a las adversidades y salir airoso, en una campaña donde tuvo que enfrentar la guerra sucia, el racismo, la discriminación, y lo que ha sido una constante en su vida de político, la subestimación de los medios de comunicación y de sus adversarios.
Su capacidad como estadista y hombre de de estado no está en discusión, su aptitud para ser un gobernador exitoso tampoco se pude discutir, ni su ímpetu y voluntad para el trabajo como ardiente constructor, mucho menos su lealtad y entrega al pueblo pobre.
Sin embargo quienes votaron por él, y quienes no lo hicieron, esperan algunas cosas, Nicmer Evans, quiere que Aristóbulo cumpla su palabra de convertir Anzoátegui en el primer estado comunal. Los ciudadanos ansían que cumpla su promesa de resolver los problemas de electricidad, vialidad, transporte y seguridad.
Hugo Chávez, espera que Aristóbulo ejecute su palabra empeñada de trabajar coordinadamente con el gobierno central, bajo un solo sistema de planificación y desarrollar el segundo plan socialista en la región.
La militancia chavista que le dio el triunfo espera ansiosamente que el profesor aplique su sabiduría y su pericia política, para incorporar a todos los revolucionarios al proceso que va a liderar en el estado, y juntos trabajar para construir un gobierno revolucionario.
Muchos otros esperan que el profesor pueda obligar a las instituciones públicas del estado para que mejoren la prestación de servicios a los usuarios, que los bancos públicos se acerque más al pueblo, y abandonen esa campaña de echarle la culpa de todo al presidente.
Todos esperamos algo de Aristóbulo, algunos por intereses muy particulares y pequeños, otros por el interés supremo de la patria. La gran pregunta es ¿Qué espera él de nosotros?. Sin duda, espera que no lo dejemos solo en esta hermosa aventura de moldear un nuevo estado, solicita ese acompañamiento solidario y humano de los hombres y mujeres de nuestro pueblo en las duras batallas que nos tocan librar, y en las cuales debemos estar hombro a hombro.
Espera que lo podamos defender de quienes intenten apartarlo de su pueblo, que seamos capaces de empujar la puerta que se cierre tras él, y gritar con fuerza: Aquí está tu pueblo para apoyarte.
Si logramos entender que las solicitudes al nuevo gobernador, están en relación proporcional a lo que podemos aportar con nuestro amor, comprensión y cariño, estamos resolviendo la ecuación fundamental para el sustento de un gobierno revolucionario.
Tal vez todo termina reduciéndose a las hermosas palabras de Benedetti, “Usted sabe que puede contar conmigo no a hasta uno o hasta diez, sino simplemente contar conmigo”
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