Desde el lunes 1º comenzaron las celebraciones por el 485 aniversario de la ciudad de Maracaibo.
¡Qué tragedia una ciudad sin ciudadanía ni memoria!
¡Gracias micer Alfinger, por crearnos de la preciosa magia de sus ojos verdes!
Ni Dios tuvo ese don. Alfinger de sólo mirar esta orilla desde Los Puertos, fundó la ciudad más bella del mundo. El sol amado nació de una moneda de oro que Alfinger lanzó al aire.
Aquí no había gente, si no un pocotón de indios que por brutos se le opusieron al progreso y hubo que "darles lo suyo".
Alfinger mandó hacer el Puente, el Relámpago del Catatumbo y la Basílica, entre otras grandes obras de su primera gestión que duró 7 meses y 25 días.
Después se tomó unas muy merecidas vacaciones con los 7.000 pesos oro que tomó del erario de la indiada. Pasó un mes en Coro jartando arepa pelada y queso de cabra, para luego irse el 9 de junio de 1530 a las playas de Punta Cana. Le gustó tanto allá –tenía casas y negocios en Santo Domingo desde 1526- que se quedó hasta el 27 de enero de 1531: 7 meses y 18 días. ¡Caramba Ambrosio, una semana menos de lo que trabajaste en la fundación de Maracaibo! ¡Qué menguao!
Claro, como el honorable banquero venía cansadito de bailar tanto merengue, se quedó 4 meses y 13 días entre cardones y tunas en Coro hasta el 9 de junio.
A ver, se fue el 3 de mayo de 1530 y regresó a mediados de junio de 1531, o sea que pasó una añito largo distante de su lago y de su lar. Toda esa nostalgia la plasmó en la primera gaita de despecho.
El 1º de septiembre de 1531, una semana antes del cumpleaños número 2 de su hija predilecta, nuestro venerable fundador nos abandona para siempre, marchándose a tierras colombianas, no sabemos si a bachaquear o a fundar allá Paracolandia, como decir algo a su imagen y semejanza.
Ya más nunca vino a reencontrarse con su magna obra, su Maracaibo adorada. Una verdadera lástima, porque se hubiera sentido orgulloso de verla tan limpia, segura, organizada y con servicios públicos de agua, transporte y electricidad de primera, como en su Alemania natal.
Esta semana de templetes y panegíricos, la culta intelectualidad, la sabia academia, la santísima iglesia y, por supuesto, la preclara clase política, rendirán honores a su racismo e ignorancia.
El fundador de Maracaibo, oh glorioso agente alemán, fue dado de baja por una flecha envenenada el 31 de mayo de 1533. Allí quedan el Paseo Ciencias, el Sambil y la Plaza de Toros como testigos de su fértil paso por estas riberas. Pedimos que estas majestuosas estructuras sean declaradas Patrimonio de la Humanidad y que don Ambrosio Alfinger sea beatificado, así como incluir en el presupuesto 2015 la construcción de un monumento en su honor más grande y caro que el de la Divina Pastora y José Gregorio juntos.
Con Chávez en ristre y venciendo, por la gloria vivida y las victorias por venir.
Yldefonso Finol
@ildefonsofinol
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador. Guayaquil 5 de agosto de 1829.