La agricultura venezolana y particularmente la tachirense ha estado sometida en los últimos tiempos a una verdadera prueba de fuego, si no es porque representa un eslabón tan importante en la economía regional, probablemente ya hubiese desaparecido.

Las pocas estadísticas que están disponibles así lo reflejan, la agricultura en el Táchira viene paulatina y sostenidamente decreciendo en superficie sembrada, cosechada y por ende en la producción; no es casual que en el 2002 se cultivaban 59 mil 862 hectáreas y en el 2013 solo 46 mil 774; en café rubro bandera y emblemático del Táchira, se siembran ahora unas 13 mil hectáreas, cuando 10 atrás se cultivaban 37 mil hectáreas, otro tanto sucede en la producción de leche que de 450 mil litros diarios hoy se hable de unos 310 mil; el programa de ganadería de leche de San José de Bolívar producía 30 mil litros diarios y hoy anda sobre los 20 mil litros/dia.

Es verdaderamente alarmante y preocupante tal situación por tratarse de un estado con tradición, vocación y potencialidades agropecuarias de incalculable valía, unido a una población económicamente activa que buena parte de su sustento lo genera directa o indirectamente de la actividad agrícola como sector primario de la economía, amén del agrosoporte físico de que se dispone en todo el estado.

Hasta que el BCV y el INE entregaban información sobre los indicadores básicos del comportamiento económico del país, se observaba el peso tan alto que en el costo de la canasta básica tenia los productos agrícolas, y eso ocurre por ser un sector tan sensible a las políticas económicas que diseña el Estado Venezolano.

La carestía, escasez y desabastecimiento, también es de insumos y mano de obra para poder producir alimentos; hoy un jornal diario en las zonas agrícolas productoras de hortalizas, papa y frutas, es de 550 Bs con el desayuno, almuerzo y puntal, además que trabajan hasta las 4 de la tarde; pero aparecen las nuevas formas de relaciones económicas del asalariado del campo que ahora cobra por tarea 100 Bs por cosechar un saco de papa y al dia puede llegar a cosechar entre 25 y 30 sacos.

Buena parte de los insumos agrícolas sobre todo los agroquímicos hay que comprarlos en Colombia al cambio del día, por eso hoy un agroquímico por ejemplo para papa que costaba 100 bs el kilogramo vale hasta 3 mil o un fungicida de alto espectro que costaba 3 mil Bs, ahora se deben pagar hasta 50 mil Bs, lo mismo aplica para los productores de leche y carne con las medicinas veterinarias.

Con esta situación económica totalmente distorsionada no hay poder humano que valga, por eso el reflejo este mes de junio de 2015 de los altos costos de las hortalizas y la papa que esta llegando a costar un kilogramo hasta 380 bs en bodegas y supermercados y los derivados lácteos como el queso, ni se diga.

¿Y frente a este viacrucis agrícola, qué hacer? Redefinir la política económica nacional frente al sector agropecuario, el Táchira tiene todas las condiciones para dar un paso al frente, donde el gobernador liderice y promueva junto a los productores agrícolas, negociaciones transparentes del sector público – privado, contando para ello con buenas fincas productoras de leche, centros de recría privados que producen excelentes novillas F1 para relanzar la producción de leche, suficiente infraestructura y experiencia en la producción de pollos de engorde y huevos; unos valles altos con riego, suelos agrícolas, alto conocimiento en la producción y comercialización de hortalizas, papa, y frutales de zona alta; por otro lado un Estado con agrotiendas, plantas procesadoras de leche en El Cobre y El Milagro, que en conjunto pueden procesar unos 40 mil litros de leche/día, una procesadora y envasadora de hortalizas en la zona industrial de La Fría con capacidad para procesar unas 5 mil toneladas de hortalizas y tubérculos y allí mismo una procesadora de alimento balanceado para animales, un centro de investigaciones agrícolas que en corto tiempo pudiera abastecer de por lo menos el 50% de la semilla de papa que necesitan los productores.

El mapa agropecuario del Táchira esta armado, es archiconocido por todos, solo falta empeño, decisión, interés y gran vocación por sacar adelante esta porción de la geografía nacional tan importante y estratégica para el conjunto del país; si hay disposición y franqueza en evitar seguir esta distorsionada economía agrícola, que acogota a productores y consumidores y los lleva a una verdadera encrucijada agrícola.