"Yo no puedo olvidar a Cumaná, linda tierra de los amores míos, donde cruzan gaviotas por el mar y se ven pasar los troncos por el rio. Hoy me recuerdo de tus bellas playas, ¡oh tierra mía!, quien pudiera pintar, el horizonte azul del mar Caribe y la mirada heroica del gran Mariscal."
Así comienza uno de los poemas más hermosos dedicados a la ciudad de Cumaná, escrita por el poeta cumanés Luis Beltrán Bruzual Pereda, para retratar aquella Cumaná casi desértica pero acogedora de los años cincuenta. La Cumaná con sus hermosas playas, que era la envidia de otras ciudades con más renombre que la primogénita del continente americano, con su rio Manzanares cuya visita era obligada, sobretodo en los días de intenso calor, por propios y extraños.
Pero la actual Cumaná, próxima a cumplir 500 años de su fundación este 27 de Noviembre, no es ni la sombra de la que pintó mi tío Luis Bruzual en su bello poema. Sus playas dejaron de tener aquel ambiente acogedor que disfrutaban sus visitantes mientras se refrescaban en las azuladas aguas de ese mar que retrató magistralmente Cruz Salmerón Acosta en su poema "Azul", para convertirse en depósitos de basuras. El histórico Manzanares dejó atrás esa magia que nos atrapaba cuando de muchachos solíamos darnos un chapuzón en sus aguas y hoy es victima de la invasión de destartalados ranchos en sus riveras donde pernoctan elementos de mal vivir dándole un espectáculo deprimente contaminándolo con residuos fecales.
Así mismo el centro de la ciudad parece un "mercado de las pulgas", vendedores de todas las especies, desde los fruteros de carretillas, puestos de fritangas carentes de toda supervisión sanitaria, hasta distribuidores de vicios. Los alrededores de la Catedral y del Liceo Antonio José de Sucre, otrora ejemplo para Venezuela y Latinoamérica como uno de los mejores, son un monumento a la desidia y de la ineficiencia de sus gobernantes.
La histórica avenida Bermúdez, antigua "calle Larga", inmortalizada por el poeta Santos Barrios en su poema "la loca Juanita Mayo" y testigo de aquel duelo a muerte entre el general Emilio Fernández, gobernador del régimen gomecista y el general Román Delgado Chalbaud cuando la invasión del "Falke", desde hace tiempo dejó de ser el sitio preferido de los cumaneses para visitar sus tiendas, pues ha sido tomada por la buhonería impidiendo el tranquilo transitar por sus aceras y exponiendo a sus habitantes al acecho de la delincuencia.
Cumana, cuna del gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre, de poetas, artistas y grandes escritores de renombre mundial como lo fueron Andrés Eloy Blanco y José Antonio Ramos Sucre. De poseer al primer medallista de oro olímpico de Venezuela, Francisco "morochito Rodríguez", de la Reyna del folclor oriental María Rodríguez y de tantos ilustres ciudadanos que han colocado el nombre de Venezuela en alto sitial, no merece estar en las condiciones que se encuentra actualmente, con sus calles deterioradas y llenas de basura, que son apenas maquilladas cuando se acerca un acontecimiento como el del venidero mes cuando se celebra su cumpleaños, para volver a ser sometida al olvido por sus gobernantes. Ojalá que en esta oportunidad no ocurra lo mismo y los mandatarios locales y el ciudadano gobernador se dediquen a un verdadero embellecimiento de la ciudad y no a tan solo aplicarle pañitos calientes. ¡La primogénita se lo merece!
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