A Nelson Moreno, se le puede ubicar generacionalmente hablando en aquel grupo de jóvenes estudiantes que en la década de los ochenta y principios de los noventa, libraron grandes batallas políticas contra los gobiernos de Lusinchi y Pérez II, su edad cronológica casi puede coincidir con la del actual alcalde Jorge Rodríguez, quien para esa época era presidente de la Federación de Centros de la UCV, el ministro Ricardo Menéndez, Elias Jaua.
Moreno es Gobernador del estado Anzoátegui, luego de ser dos periodos consecutivos Alcalde de la ciudad de Puerto La Cruz, donde es recordado por haber demolido aquellas construcciones ilegales que tapaban la visual de una de una de las bahía más hermosas del mundo: La de Pozuelos.
El liderazgo que encarna es sin duda uno de los más maduros e inclusivos que ha pasado por nuestro estado, heredado de Aristóbulo Istúriz, uno de los líderes más importantes del país. Sin embargo el momento histórico que le ha tocado, es el más complejo e importante de la revolución bolivariana.
Ante la actual coyuntura ha respondido con acciones ejecutivas de un gobierno que se preocupa por el pueblo humilde, y valientemente lo acompaña en sus vicisitudes diarias, dándole la cara con franqueza y sencillez. Sin embargo lo que ha llamado poderosamente la atención es la visión política con la que ha encarado una situación tan compleja.
Recientemente en un discurso en el teatro Carlos Escarra, memorable y digno de ser comentado, el mandatario expresó la necesidad de mantener la unidad de las fuerzas revolucionarias, describió la situación política actual como una de las más difíciles, y exhorto a la madurez, al entendimiento, a la inclusión activa y militante de todos los que estén dispuestos a defender al presidente Nicolás Maduro.
El discurso de Moreno por el momento que se vive, la precisión y la sinceridad política que utilizó, es sin duda el mejor que ha pronunciado un Gobernador en el estado Anzoátegui. La claridad de visionario y la capacidad de conductor de masas, han despertado elogios de muchos militantes de base que están convencidos que en Anzoátegui existe un liderazgo genuino, dispuesto a dar la pelea en defensa del presidente constitucional y crecerse en las adversidades.
La trayectoria de Moreno, y el compromiso que ha mostrado en situaciones tan difíciles como la del paro petrolero del 2002, cuando logró mantener activa la refinería de Puerto la Cruz, evitando la caída definitiva en manos del fascismo de la gente del petróleo, obliga a todos los militantes de la revolución socialista a forjar una unidad auténtica alrededor de un liderazgo que ha evolucionado después de duras batallas, y que conoce como ningún otro el estado Anzoátegui.
No puede existir duda sobre la necesidad de acompañar al actual Gobernador, no puede haber titubeos sobre el obligatorio compromiso que se debe sellar para forjar un camino de encuentros con los humildes, como lo propone el Gobernador, porque una bolsa de comida que se le venda al pobre, es la muestra de una sensibilidad y una preocupación que el modelo capitalista con todos sus horrores, no se atreve ni a mencionar.