"Cerrar los ojos ante el conflictivo desenlace, equivale a asumir cómplice actitud de espectador distraído".
Leonardo Ruíz Pineda
Si una región en Venezuela ha sido víctima de las apetencias políticas de la oligarquía parasitaria y latifundista, la cual hizo de las suyas en los tiempos de la IV República, es sin duda alguna la zona Norte del estado Táchira.
La frondosa geografía que acusa un caudal de agua venida del piedemonte andino, con fértiles tierras que aterrizan en las extensas llanuras y en la cuenca hidrográfica del Lago de Maracaibo, es la mejor muestra del derroche de una riqueza, no tan sólo petrolera sino de un potencial agrícola y pecuario, envidia de cualquier país del universo.
El desfile de recursos, que por una de las tierras más fértiles de Venezuela ha desfilado, es el mejor signo del fracaso más estruendoso que pueda mostrar una administración(ver el estado actual de las haciendas, fincas y fundos); no sólo en el pasado reciente, sino ver incluso los tiempos de la Revolución donde el afán de sembrar el petróleo se ha frustrado una y mil veces, para ahora querer resucitar entre las cenizas y clamar - en un llamado desesperado - por una economía productiva, libre de la dependencia petrolera.
Volver los ojos sobre la historia, a la cual quieren dar la espalda los mosqueteros del neoliberalismo, es encontrarnos con raíces de gloria que descifran el verdadero potencial de la Patria de Bolívar y con el cual han hecho fiesta terratenientes y "tierracogientes".
Estas tierras que históricamente pertenecen por títulos otorgados por los Reyes de España - en la época colonial - al antiguo Distrito Jáuregui (hoy partido en pedazos) han sido manejadas a su antojo en su gran extensión del Sur del Lago de Maracaibo y Norte del estado Táchira, por una rancia "godorria" aburguesada.
Hacia ellas enfiló las baterías el Comandante Hugo Chávez para luego quedar a la deriva y en el desmadre, ante el fracaso del desarrollo agrícola y pecuario, alimentado con las mayores inversiones que gobierno alguno haya destinado en el país y las cuales fueron devoradas, por una oligarquía depredadora y rastrera quien luego huyó con el botín al exterior, abandonando la mayoría sus tierras (con algunas excepciones) a la buena de Dios y en manos de la desidia.
Pero no es a este tema al cual queremos referirnos. Se trata especialmente de la ventana que sirve de puente y entrada a esta región del occidente venezolano, como lo representa el Aeropuerto de La Fría.
Por muchos años esta zona ha sido impulsada por múltiples factores socio-económicos que la han llevado a ser considerada vital y geoestratégica, ante su proximidad fronteriza con Colombia.
En su mapa circundan linderos de varios municipios del Sur del Lago de Maracaibo (del estado Zulia), potenciales extensiones de municipios de la geografía del estado Mérida y del Norte del Táchira (municipios García de Hevia, Panamericano y Samuel Darío Maldonado).
Por todo ello el Aeropuerto de La Fría ha servido a esta importante región de Venezuela con intermitentes roles (comercial y militar) y de nuevo ha sido aperturado como aeropuerto comercial en los últimos meses, a raíz de la remodelación del Aeropuerto de Santo Domingo (cercano a San Cristóbal).
Igualmente ha servido como terminal alterno a la Base Militar Buenaventura Vivas (el mismo aeropuerto de Santo Domingo), rol que también pudiera compartir en la actualidad - con su seguridad garantizada - por las FANB con un Fuerte Militar del Ejército y junto a la presencia del componente de la Fuerza Aérea Venezolana.
El potencial agrícola y pecuario, ya descrito y representado por estas frondosas tierras del Sur del Lago, también se suma al potencial turístico del Táchira que se expresa en las hermosas praderas y zona montañosa del Municipio Jáuregui; con La Grita como eje principal y los demás municipios cercanos como Rómulo Acosta, Simón Rodríguez, Vargas, Seboruco, Antonio Rómulo Costa, Ayacucho, Michelena, Lobatera, entre otros.
Por otra parte se suman a la importancia estratégica para el turismo de este terminal aéreo, los municipios del estado Mérida que no están cercanos al aeropuerto del Vigía; es decir los ubicados al oeste de este vital territorio con los páramos andinos y poblaciones como Bailadores, Tovar y Santa Cruz de Mora (con sus posadas, restaurantes, parques, hoteles, etc.).
El aeropuerto de La Fría debe permanecer abierto, bajo la tutoría del Ministerio del Poder Popular para la Defensa y cumplir a su vez, el servicio de terminal aéreo para las Zonas Sur del Lago, Panamericana, La Grita y sus alrededores para fortalecer su potencial turístico y el cual debe despertar y salir en la defensa del terminal aéreo.
¡Amanecerá y veremos!