Quienes fundamos el barrio Simón Bolívar de El Tigre, municipio Simón Rodríguez, estado Anzoátegui, conocemos su evolución desde que convertimos sus arenales y mereyales, sus chaparrales y mastrantales en ese populoso sector de hoy. Hasta el doctor Tarek William Saab, el Defensor del Pueblo, visitó nuestras humildes casitas de pobres, principalmente la vivienda del poeta Carlos San Diego, para disfrutar el más tradicional sancocho. Por eso no se explica que quienes ostentan hoy los Consejos Comunales del Simón Bolívar I y Simón Bolívar II mantengan engañados a sus habitantes con el sonsonete de que “pronto llega el Clap”, “esta semana llega el Clap”, “ya tenemos la listas para el Clap”, convirtiendo esa agonía del pueblo en un martirio.
Otra cosa que no se explica es un señor del Consejo Comunal del sector Simón Bolívar II haya utilizado los recursos destinados para el beneficio de la comunidad para mandarse a instalar TRES TRANSFORMADORES frente al poste de su casa, y a una cuadra de allí se le queman los aparatos a las demás familias por la necesidad de los mismos. ¿No es acaso corrupción esto? ¿No es usufructo del poder? ¿No es miseria moral? ¿Cómo se puede calificar este despropósito?
El rumor generalizado, como son los rumores de los pueblos, de que existe extracción de alimentos del CLAP, y antes de Mercal y Pdval, para ser comercializados por terceros en las minas de Guayana, constituye una materia digna de investigación y contraloría. Espero que a través de los canales de aporrea.org y el diario Mundo Oriental esta situación se investigue a fondo. Pero que los investigadores no se hagan pasar la mano por los hombros por los compatriotas locales de El Tigre, porque así no se resuelve nada. Hay un mal manejo evidente de los Comité Locales de Alimentación y Producción en El Tigre. Se benefician los barrios Los Chaguaramos y Hernández Paredes, y justo los dos que están en medio, Simón Bolívar I y Simón Bolívar II, quedan como barrios invisibles.
Desde la tribuna del recordado Diario Antorcha estuvimos denunciando estas miserias de nuestro barrio durante toda la década de los ochenta, en plena adolescencia. Han pasado treinta años y todavía persisten las mismas calamidades: electricidad, agua, asfalto, reparación de viviendas, seguridad, decencia, honestidad, solidaridad, cooperación y respeto. No se puede permitir que gente miserable se aproveche de las ventajas que ofrece el gobierno con el llamado “poder para el pueblo”, mediante los consejos comunales, para crear pequeños capos locales que sumados a los otros capos del poder, mancillen la dignidad de este país, de su gente y de su destino como patria, enriqueciéndose tan corruptamente, desviando los beneficios colectivos, propiciando todo tipo de sirvergüenzuras.
Poeta Earle Herrera.
Poeta Tarek William Saab
Al buen entendedor pocas palabras!!!
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