Este domingo 15, quienes queremos esta Patria, tenemos un compromiso magnánimo con ella. Las elecciones de gobernadores y gobernadoras de este 2017, se enmarcan en una encarnecida campaña de resistencia, librada por el pueblo, Gobierno, Instituciones y Fuerza Armada Nacional Bolivariana contra la guerra criminal que viene desarrollando el imperialismo de EEUU y sus agentes políticos de la MUD, económicos: Fedecámaras, Consecomercio y Asociación Bancaria, contra la posibilidad de vida independiente del pueblo venezolano. No es una batalla de nuestros tiempos, sino que se remonta a época tan remota como 1815, en que el Padre Libertador Simón Bolívar, en su Carta de Jamaica, asomó nuestro Destino Manifiesto en los siguientes términos: "Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación… Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería por consiguiente tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse…" Grandiosa idea, que resucitó con la llegada de ese gran Bolivariano que fue nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez Frías, y con él, renacieron las ideas de unidad continental de los pueblos al sur del Río Grande, que durante su vida de gobernante fueron cobrando cuerpo en nuevas instituciones como la CELAC, UNASUR, el ALBA-TCP, PetroCaribe, TeleSur, en el intento no concretado del Banco del Sur, entre otras. Dejaron de ser [nuestras naciones] el otrora "patio trasero" para convertirse en Naciones independientes y soberanas, con voz propia y con las cuales, el imperialismo de EEUU tuvo que vérselas como iguales. Venezuela fue, el faro de luz que irradió esa fuerza liberadora. El mal ejemplo, para las élites imperialistas estadounidenses.
"El loco del Sur", como le llamaban al Padre Libertador, se convirtió en una pesadilla para las élites imperialistas estadounidenses, que se transformaría en el otrora "Loco Chávez", como le llamaban a nuestro Comandante Infinito, en la propaganda que emanaba del norte y sus agentes, en territorio de ultramar, difundían -masivamente a través de sus medios de comunicación. La Venezuela de Bolívar y Chávez, se convirtió en un ejemplo demasiado poco llevadero para las élites imperialistas del norte, quienes vieron en ambos personajes de nuestra historia, un ejemplo que, al poco tiempo de sus muertes, había que extirpar. Creen que, con ello, podrán hacer desaparecer la profecía del Padre Libertador, que se ha cumplido religiosamente como una maldición para los pueblos del mundo: "Los Estados Unidos que parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad" (Carta al Coronel Patricio Campbell, Guayaquil, 5 de agosto de 1829). Y, si tiempo atrás, correspondió a Santander liderar las riendas del antibolivarianismo; ahora, sus banderas las arrean los herederos de los otrora "amos del Valle": los Machado, Zuloaga y Mendoza, con sus expresiones políticas en los viejos partidos de la derecha tradicional: AD y Copei, ahora repotenciados en el surgimiento de sus derivados: Primero Justicia, Voluntad Popular, la MUD y la Conferencia Episcopal de Venezuela. A la muerte del Comandante Hugo Chávez, el pueblo cumplió su deseo de que el pueblo hiciese Presidente al camarada Nicolás Maduro, y con él, se desató la más furibunda y enérgica campaña que contra pueblo alguno haya desatado el imperialismo de EEUU, comparable a la llevada a cabo contra el hermano pueblo de Cuba.
Desde 2013 en adelante, hemos sido testigos de una variedad de guerras no convencionales contra el pueblo, su Gobierno y Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en procura de su derrocamiento y cambio de gobierno por uno de marcada orientación pro estadounidense, como aquellos que gobernaron Venezuela a todo lo largo de todo el siglo XX. Obama, primero, luego Trump, han encauzado diversas modalidades de agresión imperialista contra la Venezuela Bolivariana, con afectación directa en todos los frentes de la cotidianidad del ciudadano y ciudadana residente en nuestro país. Desde el mismo momento que el CNE anunció los resultados que otorgaban la victoria al camarada Nicolás Maduro, su oponente Henrique Capriles, llamó a desobedecer los resultados y a desatar la violencia mediante el "drenaje de las arrecheras", 11 víctimas perecieron en esas jornadas de extrema violencia opositora, las cuales quedaron en la más absoluta impunidad. La victoria de Nicolás Maduro, envió un mensaje directo al llamado establishment que gobierna verdaderamente a EEUU, el llamado Complejo financiero, industrial, militar o alias "El Pentágono", quienes comprendieron que por la vía electoral se les hacía harto difícil derrotar a la Revolución Bolivariana. Otros mecanismos, más sutiles que la violencia callejera surgieron en el derrotero imperialista contra la Revolución Bolivariana: en especial, la guerra económica, que aún se mantiene. Días antes de su muerte, el Comandante Chávez fue persistente en alertar a sus colaboradores inmediatos sobre esa modalidad de guerra contrarrevolucionaria. No obstante, importante precisar que el liderazgo que recibió como herencia el legado de nuestro Comandante Chávez, ha menospreciado los efectos perversos que sobre nuestro pueblo ha tenido esta modalidad de guerra contra el pueblo. Al punto, que ha mutado a guerra contra el efectivo, involucrando en esa nueva modalidad a las instituciones bancarias, públicas y privadas.
La economía ha sido, todavía lo es, el Talón de Aquiles de la Revolución Bolivariana. Fue, con su ataque a la economía venezolana que los agentes del imperialismo, la MUD, pudieron obtener la victoria del pasado 6D-2015. Estimamos, que ese cordón umbilical que une a algunos sectores de la Revolución Bolivariana con sectores empresariales rentistas, debe ser roto para poder iniciar el despegue de las fuerzas productivas, realmente nacionales y no dependientes del dólar estadounidense o del imperialismo. El Comandante Chávez, sentó las bases para que tal objetivo pudiera concretarse, y para ello estableció alianzas estratégicas con China y Rusia, propició la unidad suramericana y caribeña, creó el Alba-Tcp. Toda una política exterior concebida en el espíritu Bolivariano.
Obama, declaró a Venezuela como "una amenaza inusual y extraordinaria", luego Trump declaró el bloqueo económico de la República Bolivariana de Venezuela y aplicó sanciones a funcionarios públicos, incluido el propio Presidente de la República, hasta culminar en nuestra principal industria: PDVSA. Con su actitud, Trump, asume el liderazgo de sus agentes actuantes en territorio de ultramar, y se quita el velo con el que encubrían sus acciones contra nuestra economía y de las cuales, acusaban al propio Gobierno Revolucionario de atentar contra sí mismo, desarrollando a plenitud, la máxima Goebeliana de "una mentira repetida mil veces, se convierte en una verdad".
Los candidatos que ha presentado la oposición para estas elecciones del domingo 15, se convierten de hecho, en los candidatos de Donald Trump, del imperialismo de EEUU. Serán estas, unas elecciones que tendrán un alto contenido antiimperialista y anti Trump, quien se ha erigido en el jefe de campaña de la banda oposicionista. Todo voto a favor de un candidato o candidata revolucionaria será un voto contra Trump. ¡Un voto antiimperialista!
Necesario es, vencer y mandar el mensaje al mundo que en Venezuela se vive una espléndida Democracia, Participativa y, en la cual, el Pueblo es el Protagonista. Se equivoca Trump, al denunciar que en Venezuela se vive una "dictadura socialista". Con lo cual, evidencia su desconocimiento total de lo que representa el Socialismo o verdadera Democracia, de la cual está muy lejos el gobierno que preside Mr Trump. Para tal efecto, considérese que Trump no fue quien obtuvo la gracia del voto popular sino su oponente, la Clinton, quien obtuvo cerca de 2 millones 800 mil votos de más. Y, pudo ser presidente, gracias a un anacrónico mecanismo de elección de segundo grado llamado de "colegios electorales". Mal puede entonces, llamar "dictador" al camarada Presidente Maduro, quien no fue electo por la voluntad del pueblo de los EEUU. Por lo demás, no es en EEUU, el presidente electo quien gobierna el imperio, sino las élites financieras, militares e industriales, alias el Pentágono, como lo evidencia, la presencia plena en el gabinete de Trump de millonarios y militares. Más aún, como es harto conocido, dada la desconfianza que genera Mr Trump, el establishment ha designado un poder real detrás del trono de Trump, es el caso del General Mattis, alias "Perro Loco". "Este general de cuatro estrellas ha alcanzado un estatus presidencial sin haber ganado ningunas elecciones (falsas o no). No hay duda de que cuando deje el cargo se convertirá en el más deseado miembro de consejo de administración o asesor especialista de los grandes contratistas militares estadounidenses de la historia de EE.UU. " (La militarización de la política en EEUU, James Petras, 24-09-2017: https://www.aporrea.org/internacionales/a252686.html). ¿Dónde está la verdadera dictadura?
Caracas, 14-10-2017