"Como arquitectos y ciudadanos libres, debemos identificarnos, comprometernos y ser plenamente responsables y críticos de los verdaderos objetivos e intenciones que motiven nuestras acciones técnicas".
Se ha destruido los espacios urbanos de Cumaná a través de cuatro grandes operaciones: la primera, la ocupación difusa de la costa; la segunda, la destrucción del área de interés histórico; la tercera, la eliminación de las áreas agrícolas; y, la cuarta, el desarrollo de la evolución urbana. Estas cuatro operaciones han significado, sin lugar a dudas, una despiadada destrucción de los espacios vitales de la ciudad. Por un lado, se perderá definitivamente o al menos por un tiempo considerable, la posibilidad de diseñar el límite ciudad-golfo como una estructura de espacios vitales que poseyeran realmente un valor de uso para la comunidad y, por el otro, la aniquilación de los espacios del área de interés histórico.
LA OCUPACIÓN DIFUSA DE LA COSTA
Ésta primera gran operación de la ocupación de la costa, en su primera etapa, planteó la posibilidad para que la ciudad tuviese una estructura urbana de frente a un hermoso Boulevard Costero en las playas de San Luís, basado en funciones de tipo recreativo, con un sentido y una definición de ser un servicio de la ciudad para sus habitantes.
Las sinuosidades de los trazados básicos del proyecto presentado, se observan fundamentalmente como una enorme operación de expropiaciones para rescatar el límite natural de las playas hacia el Golfo, insertando en lugares estratégicos centros recreativos y estableciendo usos permisibles para Hoteles y similares dotados a su vez de amplias áreas o plataformas de expansión que se convertirían poco a poco en espacios "abiertos a la comunidad".
Sin duda alguna, el proyecto presentado murió al nacer, puesto que determinados intereses políticos y económicos lo impidieron y actualmente muchas de esas "unidades residenciales" se han convertido en unos mal llamados "clubes". Y como hecho significativo algunos ejidos municipales se adjudicaron, y con el aumento de su valor de cambio se convirtieron en el negocio redondo de algunos testaferros. De tal modo que sólo es posible unidades residenciales de alta densidad y un tipo de habitación con un alto nivel de rentabilidad. De éste modo en la costa recreacional se sigue buscando afanosamente apropiarse de las playas como espacio de uso residencial y como elemento estético visual privado.
Habría que señalar que el proyecto de Boulevard Costero, que va desde la Marina Pública hasta el Monumento y, en su segunda etapa, desde el Monumento hasta Caiguire, plantea una absoluta ruptura con la forma como se viene ocupando la costa y si el paseo se concreta se perderá definitivamente como lugar de uso de los cumaneses, porque los elementos que podrían caracterizarlo están bastante difusos: no hay estudio como referencia para el diseño y su forma refleja la irresponsabilidad de un proyecto jamás pensado en términos de recuperación histórica sino más bien como vulgar acera millonaria y referencia político electoral.
El proyecto Boulevard Costero, pudo constituirse en la segunda gran operación de la ocupación de la costa a través de un gran proyecto de boulevard costero, en su primera etapa, desde la Marina Pública hasta el Monumento y, en su segunda etapa, desde el Monumento hasta Caigüire, en el cual se plantearía una absoluta ruptura con la forma de como se viene ocupando la costa. Las sinuosidades de los trazados básicos del proyecto "Boulevard Turístico" niega el límite natural del Golfo como lugar estratégico recreacional-turístico, dotado de amplias plataformas de expansión interrelacionada, integrada y dependiente del contexto, como espacio abierto a la comunidad.
El proyecto, niega la ocupación de la costa y la formalización del límite urbano entre la ciudad y el golfo como una iniciativa técnica necesaria para promover la distribución del espacio, conocer sus características y el valor ambiental para establecer parámetros de uso y ocupación del suelo. Esta operación de intervención niega la posibilidad para que la ciudad tenga una estructura urbana de frente a un hermoso Boulevard Costero, basado en funciones de tipo recreativo, con un sentido y una definición de ser un servicio de la ciudad para sus habitantes.
Si el proyecto se concreta se perderá definitivamente como lugar de uso de los cumaneses, porque los elementos que podrían caracterizarlo están bastante difusos. No hay estudio como referencia para el diseño y su forma refleja la irresponsabilidad de un proyecto jamás pensado en términos de recuperación histórica.
El "Boulevard" plantea una caminaría peatonal sobre la isla de la avenida Perimetral, la redefinición del área de estacionamiento con una parada del Bus-Cumaná, la colocación de semáforos con un rayado para el paso peatonal entre el nuevo estacionamiento y la caminaría sobre la isla de la avenida y, por último, la colocación de una escultura de doce metros alegórica a los 500 años en el antiguo helipuerto sobre una plaza sin superficies techadas, ni asientos y mucho menos, áreas verdes ni recreacionales.
El proyecto no toma como referencia el eje litoral costero ni los centros recreativos existentes, el Castillito y el Monumento, excluyéndoles como área de expansión y espacio abierto a la comunidad. No obstante, se defiende un presunto comodato sobre estos inmuebles a la Guardia Costera (GNB) y a la Vigilancia Costera (Armada) para ratificar el absurdo, pueril y arbitrario "uso militar" dado al sector, infringiendo el uso turístico-recreacional contemplado en el Plan Rector y el Plan de Ordenamiento Urbano de Cumaná.
De concretarse el "proyecto" la estructura urbana de la ciudad se colocaría de espaldas al golfo de Cariaco y conformaría una especie de muro divisorio, haciéndose difícil percibir el golfo desde puntos diversos desde los cuales hoy son posibles. El proyecto no contempla la imagen arquitectónica del espacio a través del uso escenográfico, niega los usos recreacionales existentes y a la costa como elemento estético visual. Es decir, se coloca de espaldas (no integrado) al golfo como fuente de placer estético destruyendo los actuales usos abiertos y tapiando la costa marítima como elemento estético visual.
No podríamos olvidar que en el afán de ocupar la costa existe un hecho pronosticable, que es de seguir el índice de contaminación proveniente de las descargas cloacales en el golfo de Cariaco, frente al Hotel Minerva y el barrio El Guapo, en muy breve tiempo será casi imposible pasearse libremente por el eje costero sin cerciorarse de la dirección del viento. Además, menos podríamos olvidar el infeliz desprecio por la naturaleza cuando se ejecuta un crimen ecológico, bajo el consentimiento y complicidad de las autoridades competentes, con la desaparición indiscriminada de los arboles ubicados en la isla de la avenida Perimetral, lo que redunda en los perjuicios creados a un cuerpo normativo bastante coherente y explicito como lo es la Ley Orgánica del Ambiente que consagra los principios rectores para la conservación, defensa y mejoramiento del ambiente.
LA DESTRUCCIÓN DEL ÁREA DE INTERÉS HISTÓRICO
La segunda operación de destrucción del área de interés histórico tradicional está ligada al hecho de formar una imagen de falsa modernidad, por parte del poder político. Se consolida la falsa necesidad de que había que modernizarla, inyectarle cierta dosis de arquitectura moderna, la aplicación de esta dosis le correspondió a la antigua calle Arismendi - hoy Boulevard la Margariteña - y a la Plaza Bolívar-Pichincha.
La introducción de cambios fundamentales en la vieja trama del centro de Cumaná, es para llevar adelante los planes de apropiación del suelo que volverían más rentables toda una extensa zona cuyo uso primordial sigue siendo hasta ahora la residencial. Para hacer posible un aumento del valor de cambio se pregoniza la necesidad de cambio en los valores de uso del suelo de la antigua calle Arismendi, además de la necesidad de resolver el cuantioso flujo de autos que coincidían en el área de interés histórico. Es interesante observar como la ciudad neocolonial recurre a sus centros tradicionales para manifestar su "agradecimiento" a la ciudad, la remoza y maquilla continuamente para justificar así el control urbano total.
Se continúa luego con la renovación urbana de la Plaza Bolívar, la presentan como una operación integrada de varias etapas a cumplir… ¡Nada más falso!.. La realidad ha sido muy distinta a la formulación ideológica, cuya unidad solamente se puede percibir hoy en lo que respecta a las modificaciones operadas en la trama vehicular. En ese sentido podría decirse que el casco sufrió alteraciones que han desfavorecido casi exclusivamente a la accesibilidad y la circulación del flujo vehicular, llevando a la fragmentación violenta de la apretada trama existente que perdió la cohesión física que conservaba y el alto índice de interrelaciones y de vida urbana.
La reciente demolición del Palacio del Márquez de Cajigal, actual casa de gobierno, significa perder una parte de la historia, que es lo que justamente tratamos de rescatar. Este edificio histórico forma parte de una valiosa herencia, era un edificio que contribuía a conservar y mantener viva la memoria y ayudaba a explicar diferentes procesos culturales, artísticos, tecnológicos, a lo largo del tiempo.
En patrimonio, como en otras cuestiones, la administración regional y local no cumple con su función básica de defender lo público y va detrás de la tendencia del mercado, brindándole el marco que éste necesita sin mediar para proteger los intereses colectivos. La Ciudad de Cumaná es un claro ejemplo de la falta de políticas concretas en este campo, donde el discurso va por un lado y la realidad por otro.
Cada edificio que cae es un poco de identidad que desaparece. Es necesario para pensarnos como sociedad, pero también es necesario para definirnos en torno de políticas de las identidades. Como sociedad, grupos sociales y sujetos, precisamos saber de dónde venimos, pero sobre todo hacia dónde vamos, con qué deseos, aspiraciones y expectativas nos proyectamos. Desde esta perspectiva entonces el patrimonio no sólo sirve para preservar bienes, objetos o para solidificar huellas, rastros y restos de sociedades del pasado, sino sobre todo para pensarnos como sociedad. Una sociedad que en general ha sido esquiva al legado patrimonial y que recién en los últimos años ha comenzado a relacionarse con los usos del patrimonio.
ELIMINACIÓN DE LAS ÁREAS AGRÍCOLAS
La tercera operación de las áreas agrícolas terminó con las doscientas cuarenta hectáreas del sector Cantarrana-Camino Nuevo, en su primera intervención, las cuales están allí como patrimonio público y los usos que se propusieron, le pertenecen a la ciudad para rescatar y revitalizar su identidad. Las condiciones de desarrollo en ésta área son de gran perspectiva económica y de nuevas posibilidades de espacios públicos y recreacionales para la colectividad.
Por esto y otros factores, un poco así a vuelo de pájaro, la experiencia del Plan Especial Cantarrana-Camino Nuevo, se nos presentó como uno de los más polémicos de los últimos tiempos. Hay cosas muy dignas de atención en ella, creemos que pertenecen al lado bueno de la arquitectura, por ser un magnifico aporte para la discusión sobre lo que ha dado en llamarse "arquitectura urbana". De allí que planteamos en ese momento la necesidad de un enfoque distinto en la elaboración y exposición de este plan especial.
De alguna manera, en la dura y cotidiana lucha entre la arquitectura y la burocracia suele quedar un saldo negativo donde se coló ésta nueva hazaña, convertida en una simple toma de decisiones a escala urbana, tendiente a eliminar las áreas agrícolas, apropiarse de vastas zonas verdes de la ciudad; destruir una red de canales de riego costosísima, reparto de la tenencia de la tierra, planes ambiciosos de especulación inmobiliaria y expropiación urbana.
Lo realizado por la Alcaldía, fue apenas un primer diagnóstico que careció, fundamentalmente, de respuestas físico-espacial de diseño, lo cual impidió definir la concepción global y específica del diseño urbano. Este error en la concepción metodológica de los planes especiales impide un nuevo tipo de desarrollo urbano. Lo que nos obliga, en rigor, a una proyección distinta de los planes especiales, donde se reconozcan los beneficios sociales del usuario y la comunidad, el programa de servicio a escala sectorial y vecinal, el estudio urbano e interrelación de las potencialidades espaciales del sector lo cual determina el criterio básico para la implementación general de los planes especiales.
Por otra parte, más allá de ese diagnóstico, de esos programas de actividades y usos generales, la Alcaldía no estableció en el plan especial un contacto directo con la comunidad, no confrontó criterios, ni evaluó hipótesis de intervención. De allí que estas observaciones deberían ser los primeros pasos en ese proceso, no abstracto, integrado a la dimensión humana de los habitantes, para ir conformando las primeras prefiguraciones globales a nivel de diseño, sometido a un proceso, critico y a un cuestionamiento antes de convertirse en la solución específica del Plan Especial Cantarrana-Camino Nuevo.
En la segunda intervención, el Proyecto del Banco Interamericano de Desarrollo (B.I.D.), estamos hablando del Valle de El Tacal, y, con ello, de una franja de parque nacional, de una zona de parque litoral, de una área verde productiva y de una zona protectora y de amortización, que en el diagnóstico son referidas básicamente a las zonas propiedad del INTI.
El proyecto es la continuación y desarrollo de una política tendiente a eliminar no solo la zona agrícola de El Tacal como área importante dentro de la ciudad, sino que es la continuación del cerco y mutilación de la Laguna de los Patos, para convertirla en un centro administrativo y de servicios, básicamente.
Las zonas de cultivo cercanas a El Tacal y la vía hacia Santa Fe van a desaparecer. Y, luego, de desaparecer éstas, saltaremos hacia la otra parte de la Autopista Antonio José de Sucre y nos iremos comiendo poco a poco las zonas verdes de explotación agrícola. Es decir, que el mayor de los negocios, lo más jugoso de las transacciones inmobiliarias que permite el proyecto del BID, se darán justamente en el área de El Tacal incluyendo la Laguna de los Patos. Pareciera ser la viva imagen de la necesidad de reafirmar una tendencia. Que no queden dudas. Lo agrícola y lo ambiental debe quedar para los nostálgicos.
Las dudas sobre la convivencia de las zonas productivas con usos de tradicional expresión en cualquier ciudad. Por supuesto, pasa por preguntarse primero si lo hallado productivo realmente lo es.
Creemos que no existe ninguna contradicción, ni siquiera de funcionamiento, en una mezcla de usos como la señalada. La posibilidad de que alguna ciudad pudiera autoabastecerse de algunos rubros agrícolas es un escenario nada despreciable. El bien comida, en épocas de crisis y sobre todo en el contexto latinoamericano, no debería descuidarse, y todo ello independientemente de la ubicación de estas áreas.
La ubicación de las zonas de producción agrícola y su relación con el resto de la ciudad es un atractivo y solventable problema de diseño urbano y arquitectónico. Más nada. No se le puede endilgar a la ubicación el carácter de variable que juega a favor de no aprovechar la fertilidad de los suelos.
El problema fundamental en la preservación o no de estas áreas está planteado en el terreno económico. Es decir, es la explotación inmobiliaria y su reproducción lo que está determinando la utilización de algunos criterios de diseño.
Aquí habría que plantearse cual sería realmente el mejor negocio para la ciudad y sus habitantes: las transacciones inmobiliarias o las inversiones agrícolas. Cuales realmente generan riquezas. Qué tipo de riqueza. Y a donde van a parar esas riquezas.
Esta comparación habría que hacerla no solo en El Tacal. Habría que hacerlo extensiva esa comparación a todas las áreas agrícolas de Cumaná. De hecho, lo que justifica este escrito no es solo la salvaguarda de las áreas agrícolas del proyecto del BID, que para los planificadores se circunscribe sólo a los terrenos del INTI, sino la connotación de esa actuación, la cual es indicativa de una línea de acción que luego arropara a toda la ciudad.
Es aquí, donde la inexistencia de estudios genera uno de los puntos débiles para con las áreas verdes productivas de El Tacal. Y es lógico que eso sea así. Si se habla de áreas agrícolas y productivas y no se llegan a cuantificar sus virtudes, (háblese de ganancias, empleos, inversión a futuro, rentabilidad y duración del negocio), difícilmente se contará con argumentaciones sólidas para afrontar las discusiones en el terreno de lo económico. Y aquí no se puede dejar de lado esa discusión. La preservación y explotación de estas zonas forma parte de estrategias económicas macro o micro, cualesquiera, lo importante es que su relación es indiscutible.
EL DESARROLLO DE LA EVOLUCIÓN URBANA
La cuarta gran operación del desarrollo de la evolución urbana, frente a este deseo y esfuerzo, nos encontramos impotentes y comenzamos a percibir las quejas de una ciudad invivible. Es necesario un análisis que hoy se intensifica y que se está constituyendo en un caos urbano.
En Cumaná carecemos de una autoridad necesaria para poner orden. La ciudad anda de espaldas a la autoridad municipal, no hay autoridad que regule decisiones en la ciudad, y no es extraño, por tanto, la pérdida de competencia y autoridad de la Alcaldia del Municipio Sucre del Estado Sucre. Hay que devolverle a la institución municipal su papel en la conducción urbanística y reinsertar al municipio en cada una de las áreas que tienen que ver con la vida de la ciudad y sus núcleos de desarrollo. Hay que devolverle a la institución local que ha perdido durante éstas nefastas gestiones y rescatar el espacio político que es competencia de la municipalidad.
Los cambios morfológicos en la estructura de la ciudad del presente implican, necesariamente, ir a sus raíces y comprender el porqué de la forma de la ciudad del presente. Lo más curioso de esta ciudad, es que en ella se han producido cambios bruscos y acelerados, por las administraciones municipales poco eficientes e indiferentes que han llevado a la ciudad de Cumaná a un estado de caos y deterioro alarmante.
A la luz de esta realidad, Cumaná ha crecido en forma anárquica y desorganizada por el peso ejercido por los intereses especulativos y la falta de planes de desarrollo para la comunidad, razones por las cuales Cumaná se ha convertido en un caos urbanístico. Preocupa observar en Cumaná un sinnúmero de edificaciones comerciales y de servicios que violan flagrantemente la Ordenanza municipal de ingeniería, arquitectura, urbanismo y construcción, asi como la Ley orgánica de ordenación urbanística, lesionando dichos instrumentos legales, donde se advierten las variables urbanas fundamentales: porcentaje de ubicación y construcción, numero de estacionamientos y retiros reglamentarios. Debe rescatarse la autoridad perdida, pues, son atribuciones fundamentales de la competencia del alcalde, lo cual permitiría sancionar inminentes irregularidades con sospecha de hechos dolosos y tráfico de influencia.
RESTABLECER LA CONFIANZA
Haber propiciado estas observaciones, implica fundamentalmente cuestionar a quienes tuvieron poder de decisión y hacer recomendaciones en el ámbito profesional. De modo que asumir la responsabilidad de ésta crítica, obliga a rescatar una praxis proyectual distinta y a romper el esquema de desinformación que siempre se pretende imponer a la comunidad afectada.
La intención se basa en el compromiso de aportar, desde nuestra óptica profesional, perspectivas urbanísticas a una ciudad que sabemos indefensa ante la serie de intereses inhumanos y económicos que la han ido destruyendo progresivamente. Creemos como muchos, que es fundamental para la ciudad reestablecer la confianza ante el temor de perderla. Pues, queremos dar fe de nuestro amor a la ciudad y manifestar nuestra profunda ofensa a quienes han destruido a esta ciudad con tanta iniquidad. Pensamos que nuestros hijos no merecen de nosotros la herencia de un desierto. Deseamos que la ciudad sea de todos y para todos. No queremos perder su historia.
¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento…¡