- Mientras aquí se siga creyendo en la honradez de los comerciantes, estaremos bien jodidos. Una revolución no puede creer en comerciantes cultivados en el mayor ladronismo de la tierra como son los que tenemos en Venezuela, ¿dónde se habrá vistomayor despropósito? Comerciantes que pretenden meterse una inmensa bola de dólares en un mes, en pocos días… Hay que quitarles la licencia a todos! Miren este bellísimo relato: me paga el gobierno 670 BsS, y salgo muy orondo a ver qué consigo de alimentos. La historia de que se están llevado toneladas de productos hacia Colombia nos retrotrae otra vez hacia el infernal pasado de los años 2013, 2014, 2015, 2016 y 2017. Están totalmente desaparecidos los productos regulados, y los NO REGULADOS infernalmente caros. Comienzo el calvario por el abasto "Ciudad de Mérida", y allí la inmensa mayoría de los anaqueles parecen cuencas de calaveras: vacíos, y sus 700 metros cuadrados desolados como una pista de baile...
- Avanzo hasta El Garzón, y el reino de los bachacos es total y delirante, no con familias enteras sino con tribus enteras llegadas con racimos de muchachos de todos los pueblos circunvecinos; en medio de un palo de agua están las estólidas e insolentes termitas con sus paraguas haciendo la susodicha infernal cola para arrasar con todo. Dentro, en el estacionamientono caben los carros. Afuera hay un mar de gente, y además camiones y hasta gandolas esperando a que sus bachacos arrasen con todos los estantes... El rumor es que están únicamente vendiendo dos kilos de azúcar, pero ayer vendían espaguetis, margarina y arroz, pero los empleados de El Garzón para salir de la mercancía lo más rápidamente posible, permiten que la gente se lleve hasta diez o veinte kilos de cada producto. Meterse en la cola de El Garzón siete horas para terminarcomprando productos no regulados es de demencia total.
- Me dirijo al mercado de los chinos Súper-Éxito, en la Pedregosa Sur, que con sus 2000 metros cuadrados de estantes vacíos parece uno de esos galpones fantasmales de las películas de terror: no hay absolutamente nada sino unos empleados hurgándose las narices y mirando para el techo, y esperando que les llegue un mensaje por el celular anunciándoles el bono especial de la reconversión. Otro tiempo perdido.
- Hay un nuevo negocio en Mérida que llaman "Garzón-Plus" para los señores burgueses de la ciudad, y allí es como comprar con bolívares productos que se venden en dólares. Fracaso total también en este intento.
- Cojo hacia "Junior": este supermercado abre a las diez de la mañana y cierra a las cinco de la tarde. Me pongo a hacer la cola que es descomunal, pero el supermercado está cerrado. Allí a uno lo secuestran literalmente. Llega un manganzón y le pide la cédula a todos los desgraciados que hacemos la cola (esos que andamos deambulando de comercio en comercio para ver si conseguimos algo) y luego que las recoge dice: "-Sólo éstos que tengo aquí podrán entrar en el local, pero tendrán que esperarse unas horas hasta que salgan los que están adentro…". ¿Y qué están vendiendo, por amor a Dios!?, pues solamente jabón en polvo regulado.
- En un día, pues, he visitado los más importantes supermercados de Mérida y no he podido comprar absolutamente nada. Llego a casa como salí, con el costal vacío. Me pongo a pensar en el grave error que comete el gobierno al publicar una lista de productos regulados sin pensar que los no regulados acabarán por lastrar los primeros hacia el acaparamiento y el bestial bachaquerismo. Es decir, volver a los productos regulados incontrolables, al tiempo que la locura del precio de los NO REGULADOS se vuelve imparable que es como propiciar la horrible inflación y el desabastecimiento. Olvídense: huevos no se consiguen, a menos que la gente pague el cartón a 200BsS, cuando deberían estar a 120BsS. ¿Quién ha visto pollo en la última semana?
- Por ejemplo, la leche, el queso, la carne, el pescado, las verduras, los víveres, etc. etc., siguen su curso de disparo hacia el infinito de manera incontrolable día a día, teniendo en cuenta además, como ya lo dijéramos en otros artículos, que la SUNDEE no sirve para nada. Aquí en Mérida es de horror, ver cómo en nuestras narices los negocios revenden los productos regulados a precios demenciales y nadie hace nada, y ya ni la gente piensa que alguien pueda hacer algo. Usted puede llamar a todos los entes oficiales y nadie le parará. Y el que se ponga a pelear con un comerciante sale bien coñaceado, como le pasóal señor Ruperto y su señora esposa, hecho relatado en un artículo anterior.
- Lo único que puede detener este descontrol es quitarle la licencia a todos los comerciantes porque tienen un criminal negocio con el hambre del pueblo. ¿Cómo puede este gobierno pendejo permitirle a un comercio que reciba toneladas de productos para que luego éstos acaben siendo bachaqueados y llevados a Colombia? Esto está como el cuento del Gallo Pelón repetido idéntico como lo vivimos los años 2013, 2014, 2015, 2016 y 2017.
- También lo habíamos advertido en otro artículo: el gobierno podrá cambiar la moneda todos los meses si le da la gana, pero igualito se la volverán a llevar a Colombia muertos de la risa los malditos bachaqueros. Entonces, hermanos y hermanas, camaradas y camarados, chicheros y quincalleros, tirios y troyanos…, como no podemos cambiar de país, cerremos la frontera o… autosuicidémonos...
- Téngase en cuenta que todo esto lo está diciendo un venezolano que está listo y preparado para enfrentar a los gringos y a los colombianos con pretensiones de invadirnos, en el terreno que sea. O sea.