Al norte de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, en el municipio Miranda, en el pueblo Los Jobitos, se hizo famosa doña Carmen Daría Hernández (1918-2001), por expresar sus sentimientos por el dolor que le causaba el daño que unos niños le hacían a la cerca de su casa para tumbar los mangos de su patio. En varias oportunidades doña Carmen arregló el perjuicio de aquellos niños, pero sus esfuerzos fueron en vano. Dos de sus nietos grabaron los insultos cotidianos de la abuela contra los muchachos que le dañaban la cerca, cuyo resultado fue una fenomenal pieza de audio de media hora que cautivó a millones de cibernautas. Luego, fue inmortalizada por el famoso grupo gaitero Koquimba. Este famoso personaje es recordado como “la vieja de los mangos”. Su audio original es la expresión espontánea viva del zuliano, compuesto de palabras grotescas propias de la cultura de la región, pero también algunas palabras representan el lenguaje coloquial de nuestro sentir venezolano cuando algo nos molesta, o nos irrita, y con tan solo expresar una palabra vulgar ante un hecho que nos incomoda, esto permite desahogarnos. La defensa de la Sra. Carmen por su territorio cautivó y asombró a propios y a extraños. A gritos Carmen exclamaba a sus nietos que el problema no eran los mangos, sino la cerca por los daños que éstos le ocasionaba y que tanto le costaba reparar. Su muro construido de púas era para ella lo más importante, al no poder controlar esta situación le irritaba, porque se sentía impotente, ya que esta osadía de los chicos podía ir más allá de tumbar una cerca, su imaginación para ella no estaba lejos de la realidad.
Hago esta introducción para poder ilustrar, en función de hacer un cuadro comparativo, el malestar que sienten los venezolanos cada vez que el ciudadano presidente de la República, Nicolás Maduro, anuncia un incremento salarial. Como doña Carmen elevamos nuestra voz de protesta para decirle al camarada presidente “el problema no es el aumento del salario, es la falta de control que impera en el país”, “el problema no es el incremento de los sueldos y/o salarios, es la ineficiencia de sus ministros”, “el problema no es el aumento de nuestros ingresos, es la falta de políticas serias que deben ir ajustadas con esta medida”, el problema es realmente que nuestro poder adquisitivo se vuelve sal y agua, mientras que los bachaqueros, carniceros, hueveros, farmacéuticos, y ahora algunos productores del campo, se llevan nuestro salario; no es el incremento, es permitir que el sector empresarial, llámese FEDECÁMARAS, o los grupos de poder económico como Lorenzo Mendoza, se burlen de los acuerdos que pactan con el gobierno; no es el incremento, es permitir a DólarToday que domine nuestra economía, cuando esta moneda ni en su propio país cuenta con respaldo y algunos países la han sacado de su estructura económica financiera, lo cual ha generado que el costo de los alquileres, los artefactos eléctricos, vestidos, calzados, pasajes, gas doméstico, medicinas, intervenciones quirúrgicas, honorarios profesionales, se hayan dolarizado o lo cobran en pesos de manera descarada. Este reciente aumento de salario, como todos los anteriores, ya hizo que los comerciantes fingieran limpiar sus anaqueles, para modificar los precios con la regularidad periódica de un país que atraviesa un proceso de hiperinflación, aprovechándose de un beneficio especial que les dio el gobierno de pagar la nómina de sus trabajadores. Ni siquiera en este detalle los ministros del Trabajo, de Economía y de Producción Nacional hicieron una supervisión para impedir el incremento de los productos, parar al mismo tiempo que el gobierno les siguiera pagando la nómina a los trabajadores, y obligarlos a devolver este dinero al Estado. Tanta ineficiencia nos deja perplejos y provoca es vociferar las palabras de la vieja Carmen contra estos ineptos que están tratando de violentar el muro de la paciencia de los venezolanos.
La lista de precios de los 25 alimentos, junto a los de aseo personal —ya en su inicio una burla a nuestra inteligencia—, sufrió cualquier cantidad de modificaciones. Todos los rubros de la canasta aumentan de precios semanalmente. Los huevos, carnes, pollo, desaparecieron extrañamente. Sin embargo, después del anuncio de Maduro el viernes 30/11/2018, milagrosamente el sábado se dejó ver en las carnicerías este tipo de rubros. Pero los que invadieron la cerca para tumbar los mangos (en este caso golpear al pueblo), no les importó. Existe una gran falta de protección hacia el pueblo venezolano. Andrés Manuel López Obrador, nuevo presidente de México, manifestaba que recibía un país indefenso, así nos encontramos nosotros los venezolanos: desamparados y decepcionados por la anarquía que reina en el país, por cada actor político que le hemos dado nuestro voto y su gestión ha sido para lucrarse; al ver que el esfuerzo de Chávez se desvanece. Dirigir un proceso revolucionario no es solo una tarea del Estado o del presidente, es tarea de todos. No obstante, el conductor de esta línea, como obrero y discípulo del comandante, no puede seguir negando, u obviando, la cerca que le ponen en sus ojos para no ver la ineficacia de sus ministros que están llevando su gestión y al proceso revolucionario al caos total; desconociendo la falta de control, de seguimiento y de vigilancia en cada plan económico. Ante esta situación será difícil salir de este sistema capitalista que vivimos, sus reglas y sus vicios han traspasado el muro de esta fase que llaman transición o proceso. Si sigue existiendo las desigualdades, la lucha de clase, la supervivencia del más apto, habrá que atender esa realidad como corresponde; pero no contentando a los más débiles con un aumento de salario hoy para que al otro día los vampiros nos lo quiten; seguir siendo el caballito para que se monten los ineptos en nombre de la revolución, engorden como unos cochinos, o las damas se estiren los cachetes como Madonna; mientras el gobierno sigue pensando, como los niños que le tumbaban los mangos (el pueblo) a doña Carmen, que los mangos van a durar o serle fiel toda la vida. Finalmente, no son los mangos, sino la cerca: no es el sistema socialista que hay que cambiar, es el capitalismo que aún domina y violenta las estructuras de esta fase revolucionaria a través de los asesores del gobierno, de sus gobernadores, alcaldes y mal llamados protectores que solo se aprovechan de los mangos bajitos. Es la negligencia, ineptitud y corrupción que terminó arropando a la mayoría de los dirigentes de esta revolución. Un país con ministros tan indolentes que siguen convirtiendo a las instituciones en circos, anarquizando el Estado, profundizando el caos, que abra la cerca para que todo el mundo haga lo que se le dé la gana, en nombre de la revolución, amerita urgentemente su salida imperiosa. Es nuestra tarea defender la causa bolivariana. Así como Carmen defendió su cerca, nosotros también debemos defender a Venezuela de quienes la manosean, de los que saltan sus muros como cualquier vulgar ladrón para robar lo que es nuestro. La verdad nos hará libres.
(*)esmeraldagarcia2309@yahoo.
Licenciada en Administración
Fecha: 02/12/2018