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"La Casa Fuerte de la boca del río se justificó veinte y siete años después, durante el gobierno de Vicente de Emparan y Orbe, en medio de dos hechos relevantes, el movimiento revolucionario de Gual y España y la reconstrucción de Cumaná, después del terremoto de 1797".
Desde 1552, la Corona rechazó el levantamiento de las entradas y las rancherías, lugar de las pesquerías y los marineros, porque traían muchos inconvenientes y causaba daños a los naturales de Las Indias. En aquella oportunidad, se prohibió la construcción de rancherías, ninguna persona podía atreverse a fabricarla en ninguna isla y provincia, so pena de muerte y pérdida de todos los bienes que serían entregados a la cámara del Rey y el fisco de la monarquía; por tanto, se prohibió que ningún español ni otras personas pudiera entrar en las rancherías.
La monarquía estaba informada de que, por la razón de carecer de alguna casa fuerte en los pueblos, se construían estancias, habitaciones, viviendas para la gente, los indios y los esclavos que andaban por las pesquerías, pero muchas veces aparecían asesinados, robados y maltratados por enemigos corsarios siendo, fácil el daño producido, el motivo, por el cual habían venido más corsarios.
Al levantarse las casas fuertes en vez de las rancherías, su defensa podía haberse resuelto con cierta desenvoltura y sin costo para los indios y los esclavos. Se determinó que el gobernador y los oficiales reales proveyeran unas casas fuertes y seguras para que, cada vez que los corsarios llegaran, los vecinos, los esclavos y los señores de las canoas se recogieran, entraran y defendieran, de modo que no pudieran hacerles el daño antes producido, procurando que, en las casas fuertes, hubiesen dos aposentos: uno, donde pudiera prevalecer la seguridad y estuviera la caja de las tres llaves de la hacienda real y, dos, en el cual, se desbullarían las ostras.
II
El Gobernador de la Provincia Pedro José Urrutia Ramírez de Guzmán (1765-1766 y 1768-1775), planteó al Gobierno de Carlos III la conveniencia de resaltar el vector oeste del caserío Altagracia con un conjunto de obras y de elaboración de un plan urbano. Resulta, que el Gobernador de la Provincia de Cumaná, después de realizada en 1772 una visita a los territorios de la provincia de Nueva Andalucía, propuso reducir las tierras de cada pueblo de indios a una simple legua cuadrada, media legua de viento a viento, mientras que a las reducciones más antiguas se les mensurase una legua e media cuadrada.
Para demostrar esta "exagerada" ocupación de tierras por parte de los indígenas, consideró que en la "Ordenanzas y nueva planta de gobierno político y real que se formaron para los indios y pueblos de las misiones de religiosas capuchinos de la provincia de Cumaná" (1700), hubo "mala inteligencia de las leyes" en el otorgamiento de la legua a la cual los Pueblos de Guaiqueríes tenían derecho.
De esta manera, se instauró una singular y particular "identidad social espacial" centrada en su funcionalidad y sus valores estéticos. Justamente, se fortaleció el modelo urbano sobre los "terrenos baldíos", especialmente, como un plan que de un plano, un paisaje de símbolos más que uno de hechos.
III
El gobernador y capitán general de la provincia de Nueva Andalucía, Máximo de Bouchat (1775-1780), autorizó al brigadier ingeniero militar Agustín Crame (1777) a elaborar el "Plano general de la ciudad de Cumaná y sus contornos". Se trató de un plano delineado y lavado en colores con proyección plana, donde se incluyó la planimetría de cuadrícula, sus alrededores con el curso del río y el cerro que respaldaba a la ciudad.
El plano de Crame, en el contexto de su plan de defensa, no sólo significó una noción de centro, establecida como medio de organización general sino que quedó situada como punto de referencia en el ambiente circundante. O sea, el carácter de núcleo central como elemento de la naturaleza abstracta, como lo plantea Norberg-Schulz (1975:19-21), se encuentro "en lo que se refiere a la percepción espontánea, el espacio del hombre está subjetivamente centrado".
De modo que se concretó un rasgo fundamental del urbanismo colonial del trazado concéntrico que se repetiría a escala doméstica; esto es, desde los patios centrales de las edificaciones hasta los espacios locales del centro urbano. Como resultado, la ciudad creció en la ribera del río: el caserío Santa Inés de Cumaná, del lado de la montaña, mientras que el pueblo Guaiqueries de Altagracia se había transformado en el barrio o arrabal.
El programa de Crame, sólo trató de facilitar el crecimiento de una retícula ortogonal conformada por manzanas rectangulares colocadas en el centro del cauce seco de lo que fue el río Madre Vieja y limitada por dos ejes viales paralelos a la calle Sucre, las actuales calles Ayacucho y Montes, totalmente rectas y contiguas a las fachadas de las edificaciones existentes entre las costas enfrentadas. Es decir, planteó integrar el barrio El Toporo con el trazado y la configuración de las futuras calles y manzanas sobre el cauce seco del desaparecido rio antes mencionado, a través de la subdivisión de cuadrículas de pequeñas a más grandes y el inicio de la primera retícula ortogonal de crecimiento lento, desarrollo controlado y una nueva población.
De tal manera, que proporcionó un criterio particularmente apto para la defensa, ya que la ciudad estaría guarnecida por tres lados, mientras que en el cuarto, en el área abierta al mar, se construiría una casa para alojamiento de la guardia o la Casa Fuerte de la boca del rio, según Bouchet- Crame.
Cumaná creció concéntricamente a lo largo del camino que llevaba a la costa. Con el paso del tiempo, la forma abierta de la malla reforzaba la fuerte relación que existía entre el puerto y la ciudad. Sin embargo, la plaza Mayor siguió siendo el espacio abierto en el cual tomaban lugar todas las funciones públicas y donde algunos edificios públicos se ubicaron alrededor, pero la iglesia matriz continuaba siendo la edificación más importante.
El esquema urbano de Crame logró que el trazado concéntrico de la ciudad se repitiera a escala doméstica, desde los patios centrales de las edificaciones a los espacios locales y a los centros urbanos. Este procedimiento es fundamental para entender tanto el urbanismo como el sentido del habitat de la ciudad colonial. Es decir, en términos tipológicos, el esquema urbano de "calidad diagramática" de Crame expresó el orden jerárquico de la ciudad a través del arreglo de los espacios abiertos.
IV
Dorta, Enrique Marco (1523-1828). Dice: "El Gobernador de Cumaná Don Máximo de Bouchet (1775-1780), informa a Don José Galvez de haber construido en la boca del río Manzanares de Cumaná una casa para alojamiento de la guardia (1776); y propone construir otra casilla en la boca del caño de Santa Catalina de Barlovento, para que puesta una guardia en ella, se evite el contrabando, el crimen, el hurto y los maltratos por parte de los hostiles filibusteros".
En el estudio realizado, se observó que no aparecieron reconocidas dichas obras en los planos de Miguel Moreño (1792) y Joaquín Francisco Fidalgo, Manuel del Castillo y Armenta (1793), por lo tanto, la construcción de una casa para alojamiento de la guardia o la Casa Fuerte de la boca del río, nunca llegaron a construirse en la fecha indicada. No obstante, en CIVILES - M - Expediente – 1803, Registro Principal de Caracas, quedó reconocida la Casa Fuerte de la boca del río de Cumaná, veinte y siete años después, durante el gobierno de Vicente de Emparan y Orbe (1792-1804), en el marco de dos hechos relevantes para la Provincia de Cumaná: el movimiento revolucionario de Gual y España y la reconstrucción de Cumaná, después del terremoto de 1797.
Durante el gobierno de Vicente de Emparan y Orbe (1792-1804), se construyó una fortaleza hecha de sillares de piedra, la cual contiene casi todas las características formales y conceptuales propias de la técnica abaluartada, como: baterías, plantas cuadras, reductos, plantas libres de adaptación a las exigencias topográficas, formas o "trazas" estelares, entre otras. Empero, no pudo verificarse que el brigadier ingeniero militar Agustín Crame, autor del "Plano general de la ciudad de Cumaná y sus contornos (1777)", elaborara el proyecto de una casa para alojamiento de la guardia o la Casa Fuerte de la boca del río de Cumaná.
V
Entonces, la Casa-Fuerte de la boca del río de Cumaná (1803), es una infraestructura patrimonial que nos acompaña desde el siglo XIX. Por lo visto, este patrimonio histórico no ha sido valorado en su justa magnitud, es hoy un monumento testigo fiel, evidente y relevante de la intransferible referencia histórica y alegórica que debemos reconocer como expresión de agradecimiento y solidaridad político-cultural:
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De la barbarie colonialista, porque es un símbolo en las más altas cumbres del heroísmo de los pueblos de Nuestra América.
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De la firma de la capitulación en octubre de 1821, porque Cumaná pasó a formar parte de la República liberada a raíz de la victoria militar patriótica bolivariana de Carabobo.
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De la Batalla de El Salado librada en octubre del año de 1814, porque allí tuvo lugar.
Por todo ello, este ejemplo de la memoria permite a la colectividad construir lentamente el alma de la ciudad y reconocer el triste destino de los cumaneses condenados a imaginarla perdida para sobreponer sus etéreos hallazgos sobre los paisajes brutales de la nueva y esperpéntica ciudad. Quizás esta cruel y amarga reflexión sobre la Casa Fuerte de la boca del río de Cumaná, alerte a los audaces lectores para que abran los ojos ante el nuevo coronavirus-20 que amenaza convertirse en otra pandemia destinada a borrar todo nuestro legado histórico. Es necesario motivar la defensa de la memoria colectiva de la ciudad y evitar ser cómplices de un gran crimen del más fehaciente ejemplo de complicidad, silencio e impunidad en la defensa de la Casa Fuerte de Cumaná. Hoy día, se encuentra en cuarentena indefinida, para no decir secuestrada, como patrimonio arquitectónico… ¡No es visitable por nadie! …Está incluida dentro de la parcela que ocupa la industria pesquera AVECAISA y está siendo utilizada como depósito de la empresa.
¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento¡
NOTA: Texto tomado del libro inédito del mismo autor titulado "El caserío Altagracia de Cumaná. La experiencia suburbana. El suburbio decimonónico finisecular".
LA CASA FUERTE DE LA BOCA DEL RÍO DE CUMANÁ
Grau, W. (1996). [Fotografía].
La Casa Fuerte de la boca del río, la construyó Vicente de Emparan y Orbe (1792-1804), en medio de dos hechos relevantes, el movimiento revolucionario de Gual y España y la reconstrucción de Cumaná, después del terremoto de 1797. Asimismo, se erigió con las características formales y conceptuales propias de la técnica abaluartada: baterías, plantas cuadras, reductos, plantas libres de adaptación a las exigencias topográficas, formas o trazas estelares.