Para escoger a los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional por el estado Bolívar el próximo 06 de diciembre del 2020, los posibles candidatos debería tener presente de escuchar la voz del pueblo en los diferentes circuitos electorales, que además de que sean los mejores, tengan una dilatada experiencia política y de lucha social en todos los campos donde le ha tocado desenvolverse. Debe tener sensibilidad social, que preste oídos al sentir del pueblo y que este codo a codo en constante interrelación en los circuitos por el cual van a ser electos. Que sean de probada lealtad al proceso revolucionario, que no se dejen engolosinar por las tentaciones del poder y la adulancia. Que sean piezas fundamentales a la hora de poner su granito de arena en la gobernabilidad del estado. Tiene que ser un (una) hábil y aguerrido (a) luchador (ora) con opiniones propias y con una visión, amplia, aguda y detallada, que sepa poner el dedo en la llaga, no atado (a) a tendencias políticas. Deben tener un ojo clínico para detectar y corregir los diferentes problemas que padece nuestro pueblo; sus servicios públicos, el gas, el agua, la electricidad, el transporte, el aseo urbano, el servicio hospitalario y por otro lado no bajar la guardia, dar respuestas y coordinar las diferentes medidas en el servicio de gasolina, la especulación y la pandemia.
Es cierto que la oposición se valió de artimañas para lograr el arrollador triunfo en las elecciones del 2015; un solo diputado salió electo, para perderlo cuando fue escogido como gobernador por el estado Miranda; el suplente es el medallista olímpico Rubén Limardo, que por razones deportivas esta fuera del país. El punto más álgido de esta derrota, fue que la gestión de aquellos diputados en su momento, no fue la más acertada, no dieron respuestas a las ingentes necesidades del pueblo y los candidatos para esos momentos se comportaron cómo bueyes cansados, embriagados por el triunfalismo, no bajaron a hacer campaña y el pueblo les paso factura. Uno de los indicadores para percatarnos cómo está el termómetro electoral en el seno del pueblo del estado Bolívar, donde los mayores desaires que se aprecia, en las colas de los bancos, en las colas de la gasolina, en las colas de los supermercados, es contra aferrados al poder sin que nunca hayan dado respuesta a los sufrimientos del pueblo de a pie.
Nos mostramos en desacuerdo que los abanderados sean partes de cenáculo y con individualidades, no contra el chavismo; también se aprecia que el pueblo va a ir a votar, pero no por bates quebrados actitudes baladíes, que no deben a través de un porcentaje exacto preestablecido para los jóvenes; para los adultos y los de la tercera edad. Repetimos, deben ser los mejores, en eso el pueblo es sabio a la hora de escoger; cuyo norte sea su trabajo y entremezclar con el pueblo. Que en la mayoría de los casos los elegidos se consideran dueños y señores del PSUV, no aceptando la entrada a individualidades que no sean de su entorno, que pudiera brindar su apoyo por una mejor eficiencia.
No es fácil para esta nueva Asamblea Nacional, mantener un equilibrio con un país bajo un asedio criminal; bajo sanciones y un bloqueo que pretenden ahogar al pueblo, puesto en práctica por el imperio más grande de la tierra y monitoreado por unos apátridas que fueron sacado con pinzas del seno de la Asamblea Nacional saliente. Lo que tenemos por delante, es por un lado una derecha hecha trizas, sin autonomía para levantar vuelo, que no mueven un dedo sino es por la conseja de la abstención y por otro lado una oposición que va al juego electoral en la búsqueda de espacios políticos.
