Los helechos parecían sonreír con las caricias del agua que les besaba las hojas y les refrescaba las raíces. Mientras que el periodista Juancho Marcano, sentía que respiraba la buena vibra de dichas plantas, aunque estaba melancólico. Por eso una vez que terminó de regar, tomó asiento en una silla del garaje y ahí quedó pensativo, cerca de sus gatos Rockyto y Rockyta que dormían plácidamente y, como siempre, sin pensar en lo que estaba pasando en el mundo.
El perro Pipo observaba que un aguacate de la mata del vecino, cayó en el jardín del periodista y rápidamente fue agarrarlo y luego se le entregó a Juancho, a quien le comentó:
- Creo que la nostalgia te está visitando hoy. ¿Por qué tan triste?
- El periodista que quería estar tranquilo y sumido en sus pensamientos, tuvo que contestarle a Pipo: "La nostalgia es un amigo que se fue. Es triste y más aún en esta situación de pandemia, Pipo, cuando apreciamos a una persona, que siempre fue capaz de enfrentar la vida con una ráfaga de sonrisas, y se va sin adiós y sin despedida y nos quedamos con los recuerdos en el alma y pensamos en los ratos compartidos, donde las bromas y las risas eran los platos principales de aquellas reuniones.
Pipo, como entendiendo el pensamiento humano, meditó y luego manifestó: "La vida de los humanos, Juancho, es bien complicada, pues cuando se les va un amigo, es como una lanza que se les clava en el corazón y los deja delirando de tristeza y no se acostumbran a prepararse al pensar que todo en esta vida se acaba por muy bonito y bueno que sea".
Juancho observó a su perro y hasta se sorprendió por su respuesta, y luego acotó: "Es así, Pipo, es cuestión de cultura. Los hombres parecemos fuertes y a la hora del dolor, somos un plato de gelatina, por lo blando y hasta por lo tembloroso, para enfrentarnos al ejército de tristeza que a lo largo de la vida, nos ataca desde muchos puntos al mismo tiempo".
Pipo, entendió que a Juancho, la melancolía lo estaba atrapando y optó por salirse del tema, y hasta le dijo: "Yo creo que lo mejor, Juancho. es que prepares dos arepas, para comérnoslas con aguacate".
Juancho sonrió, abrazó a su perro y estuvo de acuerdo con él.