He leído con atención el artículo de Oscar Díaz Punceles pidiendo un “sacudón para Choroní”, solicitud que obviamente comparto y respaldo. Desde hace mucho tiempo nuestro querido pueblo se encuentra sumido en la más completa ruina y abandono. En Choroní, pese a que su población se ha quintuplicado en los últimos años, no se han construido calles, ni aceras, ni brocales. Surgen desordenados barrios de cartón que albergan la miseria de centenares de familias. El Liceo y las escuelas no son precisamente el modelo de Simón Rodríguez y la basura se encuentra por doquier. Las mejoras de las viviendas se producen gracias al esfuerzo de la gente, pero la ayuda de nuestro Gobierno regional o local no llega a Choroní, quizá imposibilitado por la “infranqueable” montaña que lo separa de Maracay.
Choroní aporta al país unos recursos turísticos envidiables. Miles de personas se acercan cada semana para disfrutar de esos recursos, pero generalmente se encuentran con sorpresas tan desagradables como la inseguridad, las fallas del aseo urbano, el caos del tránsito, y el peor de los males, la desidia que está matando al río, otrora cristalino y cantado por nuestro poeta José Antonio Martín.
¿Qué será del río Choroní en los próximos años? Hay algún organismo que pueda responder esta pregunta. Mientras tanto la contaminación lo está afectando y lo está condenando a un futuro previsible. No hay cloacas, la basura se vierte al río, que se ha convertido en un “auto-lavado”.
Pero, así como lo he soñado desde hace más de 20 años, tengo confianza en nuestra gente. Recientemente se han constituido cerca de 5 Consejos Comunales que tienen como tarea primordial mejorar el entorno de Choroní, que es la riqueza mas grande que tenemos y que es la fuente de ingresos más importante, junto con la pesca. Ojalá y no se conviertan en una mala copia de la Junta Parroquial cuyos integrantes fueron electos, no tanto por sus méritos, sino como un voto castigo a ciertos “compatriotas” que también se burlaron de nuestro pueblo.
La revolución no ha llegado a Choroní. Pese al masivo respaldo a nuestro Presidente (cerca del 80% de los votos), todavía estamos esperando que las autoridades locales y regionales terminen de convencerse que la infraestructura turística de Choroní no puede depender sólo del impulso de la iniciativa privada, porque ésta es insuficiente y que “sacudir” a Choroní es la mejor medicina para evitar que terminen por ser sacudidos por el pueblo.
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